Región histórica situada en el centro-oeste de Francia, patria del peregrino Aymeric Picaud y de gran tradición jacobea. La capital se establece en la ciudad de Poitiers. Ya existía en el siglo VI bajo el nombre de Thifalia o Theiphalia, denominación que recibió por la presencia en la zona del pueblo bárbaro de los taifals. Durante finales del siglo XVI y principios del XVII se erigió en cuna de los hugonotes -calvinistas franceses-. A partir del año 1660 Luis XIV promoverá la conversión de los habitantes al catolicismo. La prohibición del protestantismo en Francia tras la derogación del Edicto de Nantes (1685), derivó en el exilio de unos 200.000 hugonotes, que fueron acogidos en Alemania, Suiza, Inglaterra y los Países Bajos. Con la llegada de la Revolución francesa se reinstauró la libertad de culto.
El histórico peregrino Aymeric Picaud, en palabras de René de La Coste-Messelière, era un “clérigo cuyos lazos parecen oscilar entre Parthenay-le-Vieux, en Poitou, y la basílica de Vézelay, en Morvan”. Algunas fuentes atribuyen a Picaud la autoría del más célebre de los libros sobre la temática jacobea: el libro V del Codex Calixtinus (s. XII). Messelière afirma que esta guía fue escrita por el clérigo de Poitou por el entusiasmo con el que describe esta región en el capítulo VII: “Por la ruta de Port de Cize, después de la Turena, se encuentra la tierra de los poitevinos, productiva, óptima y llena de toda felicidad. Los poitevinos son gente fuerte y guerrera, muy hábiles en la guerra con arcos, flechas y lanzas, confiados en la batalla, rapidísimos en las carreras, cuidados en su vestido, distinguidos en sus facciones, astutos en sus palabras, muy dadivosos en sus mercedes, pródigos con sus huéspedes.” También destaca la presencia de las reliquias de San Hilario, en Poitiers, y de la “venerable cabeza de San Juan Bautista”, en Angély. El cráneo de el Precursor era adorado en “una gran basílica de admirable traza”.
El Códice sitúa al papa Calixto II (1129-1124) como el autor de esta monumental obra. La estrecha relación del pontífice con Compostela motivó esta adjudicación. A día de hoy sigue siendo de autor o autores desconocidos, aunque muchos coinciden en señalar a Aymeric Picaud como el artífice de al menos el libro V, la primera guía sobre el Camino Francés.
La región de Poitou aparece mencionada en el Códice también en el libro II, referido a los milagros de Santiago.
Tras abandonar Touraine, la entrada a Poitou la marca Ingrades, localidad donde los registros parroquiales -conservados en el Archivo de Vienne- muestran la muerte de un peregrino en el año 1657. Seguidamente llega Châtellerault, donde se conservan un priorato y una iglesia consagrada a Saint-Jacques, que custodia una estatua de Santiago peregrino. A continuación dos alternativas llevan hasta la ciudad de Poitiers. Una de ellas a través de la parroquia de Saint-Jacques de Burxeronlles, donde se adora una huella del pie del Apóstol. Esta ruta se fundamenta en una antigua calzada romana. En cualquier caso, la más utilizada, gracias a la difusión que de su trazado hicieron los obispos de Poitiers, sigue la orilla este del río Clain. Este último constituye el verdadero Camino de Santiago, que recorre la capellanía de Saint-Jacques de Longève y la hermandad interparroquial de Doucet, antes de llegar a la capital de la región.
Desde Poitiers, donde antiguamente había una capellanía que se encargaba de dar cobijo a los viajeros, el camino prosigue por la comuna de Vienne a través de la ciudad de Lusignan y el arrabal de Santiago -hoy en día bajo el nombre de Tranchée-, donde hubo una hermandad de peregrinos hasta finales del siglo XVII.
Por una vía romana se va a Saintes, llegando hasta Saint-Jacques de Colombiers, donde había un hospital con 18 camas. Seguidamente, se pasa por las ciudades del cantón de Dieux-Sèvres: Chenay, Chey, Chenay, Saint-Léger-les-Melle, etc. En Chazay abundaban las capellanías, algunas consagradas al Apóstol, mientras que Saint-Jean d’Angely servía de punto de encuentro de los peregrinos que venían de los pasos del Loira y que se reunían en alguna de sus siete capellanías. Parthenay, localidad natal de Picaud, tenía asimismo un barrio de Santiago, fundado por uno de los señores, Perthenay-Larcheveque, quien peregrinó a Compostela en el siglo XII. La urbe localiza entre los testimonios del paso del Camino una iglesia, una torre y una puerta de Santiago. También es este un lugar de culto, como se menciona anteriormente, debido a la presencia de la reliquia de San Juan Bautista.
Otras rutas menos directas procedían de Notre Dame de Celles, Niort y Taillebourg, donde había un priorato de Saint-Jacques.
Entre el patrimonio jacobeo destaca la cruz de Aunay y el paso de Poitou en Saintonge, que muestra cuatro estatuas. Entre ellas había una de Santiago peregrino, que en el periodo gótico fue reemplazada por un San Roque peregrino.
Durante la Reconquista, diferentes monarcas españoles acometieron la repoblación de las villas recién arrebatadas a los moros con población franca -esto es, extranjera, no únicamente procedentes de Francia-. Destaca la presencia de gentes de Poitou, hecho evidenciado por los apellidos recabados en la ciudad de Estella.
En el Año Santo de 1976, también reconocido como año románico Poitou-Charentes, se organizó en el templo de Vau Saint-Jacques de Parthenay una exposición titulada Parthenay, Poitou, Aunis, Angoumois y Saintoinge y la peregrinación a Compostela. [SOB]
V. Codex Calixtinus / Francia / Picaud, Aymeric / Poitiers