En euskera, Lizarra. Población de 14.100 habitantes (426 m) en el Camino Francés a su paso por Navarra. A 669 km de Santiago. El origen de su nombre es dudoso: unos creen que procede del latín stella, ya que en el lugar donde se fundó esta localidad había una aldea denominada Lizarra [estrella en vasco]; otros sosienen que proviene de eliza zarra [iglesia vieja]. Lo que está claro es que el auge de la ciudad está ligado al Camino de Santiago, como lo atestiguan el gran número de iglesias, hospitales y símbolos jacobeos que perviven desde la Edad Media.
En el año 1077 el Camino discurría por la parte sur de la localidad que iba desde Villatuerta y subía por la falda de Montejurra, pasando por el desaparecido monasterio de Zarapuz, en donde el soberano Sancho decidió construir un castillo rodeado por una gran muralla. Allí proclamó un gobierno similar al de la ciudadela de Jaca, con el fin de desarrollar la población y ofrecer todos los servicios que el peregrino pudiese necesitar. Así, se considera que la actual Estella se fundó en el año 1090 por y para la peregrinación, según la voluntad del rey Sancho Ramírez, soberano de Navarra y Aragón.
Americ Picaud la definió en el Codex Calixtinus, donde figura como meta de la etapa desde Pamplona, como “fértil en buen pan, óptimo vino, carne y pescado, y llena de toda suerte de felicidades”, honra bien merecida por el servicio que los francos otorgaban a los foráneos y que ha perdurado a lo largo de los años como una leyenda cierta entre los caminantes. La riqueza generada a través del Camino y una importante clase artesanal provocaron el crecimiento durante los siglos XII y XIII, lo que llevó a que en 1354 se llegasen a contar seis hospitales para peregrinos, de los que el de San Lázaro era uno de los más importantes.
Hermanada con Sant-Jean-Pied-de-Port, en la Vía Podiense, esta localidad acoge diversos monumentos que hacen referencia al apóstol Santiago. El primero de ellos se encuentra al entrar en la ciudad por la antigua rúa de los Peregrinos o se trata de la iglesia del Santo Sepulcro (s. XIV), en la que destaca el friso superior, con una galería conformada por doce nichos que acogen figuras de apóstoles; algunos se pueden identificar por sus atributos, como Santiago, vestido de peregrino.
A continuación aparece el convento de Santo Domingo, del año 1259 y, en el centro del pueblo, la iglesia románica de Santa María Jus del Castillo. Tras cruzar el reconstruido puente de la Cárcel, el romero se encuentra con la tranquila plazoleta de San Martín, que tiene una fuente central conocida como la de Mona. Data del siglo XVI y en ella saciaron su sed muchos caminantes. Más adelante se halla la plaza de los Fueros, dominada por la iglesia de San Juan Bautista (s. XIII) con su retablo barroco de Santiago y la plaza triangular del mismo nombre.
La edificación más destacada en el ámbito jacobeo es la iglesia de San Pedro de la Rúa, fundada en el siglo XIII. En ella se veneran las reliquias de San Andrés, cuya fe parece tener su origen en un peregrino que se dirigía a Santiago de Compostela y que falleció en el hospital de San Nicolás de la localidad, y fue enterrado en el claustro de esta iglesia, que en aquel momento funcionaba como cementerio de peregrinos. Este romero era el arzobispo de la ciudad griega de Patrás, y llevaba una reliquia -un omóplato de San Andrés- como ofrenda a Santiago. Entre los ropajes del obispo se encontraron las credenciales de su personalidad y la autentificación de que el vestigio que portaba era del propio apóstol de Cristo. Desde entonces San Andrés es copatrono de Estella junto con la Virgen del Puy, cuya imagen hallada en 1085 por unos pastores está ubicada en el moderno santuario que recibe su mismo nombre.
Otra talla destacada es la de Nuestra Señora de Rocamador (s. XII), que se encuentra en la basílica homónima, situada en la salida del pueblo en dirección a Irache, lugar de paso obligatorio desde el siglo XIII para los peregrinos que se dirigen a Compostela y que aquí encontraban cobijo. La advocación de esta Virgen procede del santuario de Nuestra Señora de Rocamadour, en Quercy (Francia), y llegó a España a través de los peregrinos jacobeos -una de las rutas pasaba por este santuario galo- y de los pobladores franceses que se establecieron en estas y otras villas del Camino. Algunos autores, como Teófilo de Arbeiza y José María Jimeno, defienden esta versión según la cual los francos impusieron en Estella la devoción a los santos más renombrados de su patria y así, en el siglo XII, levantaron el hospital de San Lázaro, titular de la catedral de Autun, y el de Rocamador, ambos con la intención de hospedar a los romeros que se dirigían a Santiago. En este último hay una imagen de Santiago peregrino de principios del siglo XVII con resabios romanistas perceptibles en los labios y en los grandes rizos del cabello.
Señal de que la importancia jacobea de Estella se mantuvo viva a lo largo de la historia es el hecho de que esta localidad fue pionera a la hora de contar con una asociación de amigos del Camino; bajo el nombre de Los Amigos del Camino de Santiago-Centro de Estudios Jacobeos, se constituyó formalmente el 27 de marzo de 1962. Es la segunda del mundo. Solo le antecede en el aspecto legal la Société des Amis de Saint-Jacques de Compostelle de París, fundada en 1950.
En la actualidad los hospitales y albergues que fueron tan representativos de Estella en la época antigua ya no dan sus servicios y sólo se conserva el albergue parroquial de San Miguel. A pesar de esto, el romero cuenta con varios albergues, como el hospital de Peregrinos, regentado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, o el de Anfas (Asociación Navarra a Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual). [TRI]
V. Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella-Centro de Estudios Jacobeos