En occitano, Ròc Amador. También conocida en español como Rocamador. Localidad de 630 habitantes (279 m) en el Camino de Le Puy y en el de Vézelay, Francia. A 1.221 km de Santiago de Compostela. Emplazado en una eminencia caliza que forma parte del cañón del Alzou, que riega el país de Quercy, se encuentra el importante santuario mariano de Santa María de Rocamadour, afamado por sus milagros y que pronto se convirtió en objeto de una concurrida variante del Camino de Le Puy a partir de Figeac, contando asimismo con sus propios romeros e itinerarios, especialmente entre los siglos XII y XVI. De las vías que confluyen en Rocamadour también hay que reseñar las procedentes del Camino de Vézelay, bien a partir de La Charité-sur-Loire y Nevers, pasando por Clermont-Ferrand, Murat y Aurillac -casa madre desde la que San Giraldo enviaría monjes para fundar el priorato-hospital de O Cebreiro, en Galicia-, bien desde Saint-Léonard-de-Noblat o Limoges, por Brive-la-Gaillarde.
A la promoción del santuario contribuyeron decisivamente los monjes cluniacenses de Tulle, que se establecieron aquí a partir de 1113, creando una abadía. Hasta él llegaron personajes de la talla de San Bernardo, Tomas Becket, Enrique II de Inglaterra o San Luis, rei de Francia. Los tribunales civiles también contribuyeron a dicha pujanza, imponiendo como pena menor la romería.
El culto a la Virgen de Rocamadour, conocido a través de su Libro de Milagros, traspasó las fronteras y se difundió por España y Portugal. En el mismo Camino de Santiago, por ejemplo en Burgos, era venerada su imagen, y Alfonso VIII donó a la casa las tierras de Hornillos y llevó su estandarte a la batalla de las Navas de Tolosa. Son santuarios destacados también en el Camino Francés los de Astorga y Estella. La abadía llegó a contar con varios prioratos y hospitales de peregrinos en España como Estella, Burgos, Palencia, Astorga o Salamanca. Sin restar protagonismo al culto mariano, en el santuario de Rocamadour también era objeto de devoción el cuerpo incorrupto que, según una leyenda, pertenecía a Zaqueo, el esposo de la Verónica, aunque otros lo identificaban con el de un eremita, acaso inexistente, de nombre Amadour.
Santuario de Rocamadour y sus secretos//// Bajo el aspecto de una ciudadela abacial sagrada semirrupestre, pues varios de sus edificios están encajados en la montaña, reforzando así su vertiente telúrica, acoge varios centros de culto. Una vía sacra escalonada con 233 peldaños, del mismo modo que en Le Puy, proporcionaba a los romeros una aproximación penitencial, que solía ser realizada de rodillas hasta el santuario de Nôtre-Dame. Completamente reedificado en el siglo XIX, en él se localiza la célebre y primitiva imagen románica de la Virgen Negra (s. XII), de gran devoción entre los marineros por haberlos librado de diversos naufragios, lo que se traduce en la presencia de ex votos de navíos.
Encajada en la pared se encuentra Durandal, la espada del héroe carolingio Roldán que habría llegado hasta aquí milagrosamente, siendo trasladada por el arcángel San Miguel para que no cayese en manos de enemigos musulmanes. Alrededor del santuario se erigen las iglesias de Saint-Sauveur, de la segunda mitad del siglo XII, que fue la propia de la abadía, y Saint-Amadour (s. XII), emplazada bajo la anterior al modo de una cripta, y en la planicie las capillas de Saint-Blaise, Saint-Anne y Saint-Jean-Baptiste. También en la zona baja, el núcleo de L’Hospitalet evoca el albergue fundado para los peregrinos en el silgo XI, del que ha llegado a nuestros días la capilla románica. [AP]