Soldado (Monteagudo, Cuenca 1590-?). Peregrina a Santiago en 1623-1624. Se conoce la peregrinación de este marinero, militar y aventurero castellano-manchego por la documentación conservada en la catedral compostelana, donde se abrió una investigación por unos supuestos milagros de Santiago relacionados con su persona. Su viaje es de especial interés por ser de lo poquísimo conocido desde el Levante y Castilla-la Mancha y por las mil peripecias que vivió hasta llegar a realizarlo.
Embarcado muy joven como marino en un navío que hacía la travesía de España a Italia, la nave es abordada y tomada por los turcos. Patiño cae prisionero y es llevado cautivo a Argel y Estambul, donde permanece cinco largos años. Durante estos dificilísimos tiempos hace voto de peregrinar a Santiago si logra salir vivo, cosa que ve como muy improbable. Sin embargo, la suerte se alía con él. Viajando de galeote en una nave turca, esta es atacada y derrotada por navíos cristianos cerca de la isla de Malta. Patiño, que sale vivo del ataque, vuelve a ser un hombre libre y decide quedarse a vivir en Parma (Italia), donde se hace soldado y se casa con la italiana María Francis hacia 1620. Logran comprar una casa que un buen día arde con ellos dos y sus hijos dentro. Durante el incendio Patiño vuelve a pedir ayuda al apóstol Santiago, que se le aparece vestido de peregrino. Le promete de nuevo marchar a Santiago si sale con vida. Tras desaparecer la figura del Apóstol, el incendio se apaga al instante y Patiño y su mujer salen intactos de entre los restos de la vivienda. No así sus hijos, que perecen. Tras este hecho, ambos esposos, con las limosnas recibidas, inician la peregrinación. Marchan desde Parma al sur de Francia, y por Barcelona y Tarragona llegan a Monteagudo. En su localidad natal, Patiño y María pasan el invierno, esperando a que concluya “el rigor tan grave de las nieves”.
En marzo de 1624 reinician la marcha, acompañados de Sebastián de la Huerta, un mozo de veinticinco años, primo de Patiño. La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Cuenca considera verosímil que tomaran el camino de Cuenca hacia Burgos, para enlazar allí con el Camino Francés.
Llegan a Santiago el 22 de abril y al día siguiente, tras comulgar en la capilla del Rey de Francia de la catedral y dar el abrazo al Apóstol, parten por el Camino gallego del Sudeste hacia Cuenca. Sin embargo, en A Ponte Ulla, a pocos kilómetros de Santiago, ambos esposos quedan paralizados después de detenerse a rezar ante la capilla allí existente con la imagen de Santiago. Les parece ver un resplandor que sale de la imagen del Apóstol y lo interpretan como un signo de Dios para que vuelvan a Santiago y manifiesten el milagro del que habían sido objeto. Lo habían silenciado al llegar por no poder presentar una ofrenda proporcionada a tan grande bien recibido. En la ciudad se abre una investigación, con minuciosos interrogatorios a los afectados, y se archiva poco después, lo que, como decíamos, ha permitido, conocer en detalle esta peregrinación y los motivos que la causaron.
El primero en recoger esta singular y ajetreada aventura fue el historiador y canónigo compostelano Antonio López Ferreiro a principios del siglo XX. La Asociación de Amigos del Camino de Cuenca y el Ayuntamiento de Monteagudo han dedicado un monumento a Patiño en esta localidad. [MR]