XacopediaVon Sant Jacob.

Canción de peregrinos alemana [jacobslied] del siglo XV o anterior. Es una de las que alcanzó una mayor difusión. Se conserva en documentos y colecciones de lieders del siglo XV y posteriores. Como ha observado el estudioso Jaime Ferreiro Alemparte, por su extensión y contenido, que alcanza los 130 versos distribuidos en 26 estrofas de cuatro versos, se puede considerar una pequeña guía de viaje del peregrino al modo de la realizada por el también germano Hermann Künig von Vach (1495), tan exitosa. Incluye consejos de todo tipo, sugerencias sobre como adaptarse a las distintas zonas, itinerarios, etc.

La canción, de autor desconocido, es quizás el resultado de la aportación de los propios peregrinos, que irían modelándola y adaptándola a sus necesidades y preocupaciones. Cuenta con varias versiones y el recorrido comienza invariablemente en tierras germanas, continúa por Francia, entra en España por Roncesvalles para seguir por León y Galicia, en una ruta coincidente con el Camino Francés.

Von Sant Jacob comienza animando a los peregrinos a marchar a Santiago y aconsejando la indumentaria y equipo preciso -seguimos la traducción de Ferreiro Alemparte-, incluyendo complementos poco frecuentes, como la escudilla. También alude a la preparación espiritual, que tanto preocupaba a muchos peregrinos:

1
Quien quiera edificarse en tierra extraña
levántese y sea mi compañero
de viaje al Apóstol Santiago.
Procúrese dos pares de zapatos,
escudilla y cantimplora.

2
Proveerse ha de sombrero de ala ancha,
y una capa forrada de piel,
para que cuando esté en descampado
no le pase la humedad,
igual si llueve, nieva o sople el viento.

3
Añada la esportilla y el bordón,
no olvide la confesión,
confesión y contrición.
Pues al penetrar en tierra latina
ya no se encuentran curas alemanes.
4
Tal vez se halle alguno, pero el hermano
nunca sabe dónde puede morir
o dónde la vida puede perder,
y si se muere en el país latino
le enterrarán al borde del camino.

Tras señalar el gran número de peregrinos alemanes enterrados en La Faba, paisaje leonés de montaña de prolongada subida, la canción tiene tiempo para hablar bien de los hospitaleros, con una excepción, cuyo malvada historia tiene un destacado protagonismo:

15
Pero hubo una vez un hospitalero
que envenenó a trescientos cincuenta hermanos.
¡Quiera Dios que no quede sin castigo!
En Burgos lo amarraron a una cruz,
con punzantes dardos lo asaetearon
.

Recomienda también con vehemencia que tras la estancia en Santiago se continúe a Fisterra -la mítica Estrella Oscura de los alemanes-, y después al santuario de la catedral de Oviedo.

24
Mira, hermano, no te pares ahí,
cuarenta millas tienes por delante
hasta la catedral de Santiago,
y desde allí unas catorce millas
hasta la Estrella que llaman Oscura.

25
Dejemos Estrella Oscura
para ir al Salvador,
y admirar grandes milagros.
A Dios y al Señor Santiago invoquemos
y a Nuestra Señora Santa María.

Los peregrinos alemanes, al igual que los franceses, acostumbraban a poner música a estas y otras historias, que, al tiempo que los instruían en los pormenores del Camino, les daban ánimo. [MR]


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