XacopediaAragonés, Camino

Ruta de peregrinación jacobea que parte de Somport -Huesca- y culmina en Puente la Reina -Navarra- donde se encuentra con el Camino Navarro. Discurre por la Comunidad de Aragón -provincias de Huesca y Zaragoza- y la Comunidad Foral de Navarra, en sentido este-oeste. Tiene una longitud aproximada de 169 km. Está integrado en el Camino Francés.

Este itinerario fue seguido por los peregrinos del sur de Europa que se juntaban en la localidad francesa de Arlés y desde allí salvaban los Pirineos por Somport -Summus Portus- aprovechando la calzada romana que unía Burdeos y Zaragoza.

Así consta en el libro V del Códice Calixtino, obra del siglo XII atribuida a Aymeric Picaud. Sin embargo, determinados historiadores sostienen que peregrinos anteriores al año 1000 entraban en la Península por Puerto del Palo y no por Somport. Utilizando el ramal principal de la calzada romana que comunicaba Zaragoza con Burdeos se dirigirían al valle de Hecho, hasta el río Aragón, donde hoy se encuentra Puente la Reina de Jaca, y desde este lugar se encaminarían a Pamplona.

El ingeniero de Obras Públicas Isaac Moreno Gallo, coincide en que los caminantes entraban por Puerto de Palo pero discrepa en cuanto a la naturaleza de la vía: “Todo indica que el origen de este camino -Camino Aragonés- fue el tránsito del ganado para el aprovechamiento de los pastos del fondo del valle y el trajín de arrieros y de mulateros que por diversos motivos preferían eludir el camino principal del Somport. Su trazado y su técnica en general no superan la que pudiera aplicar un pastor, aunque algunos historiadores han imputado esta obra a los excelentes ingenieros romanos”.

La parte central o intermedia de este itinerario -desde Jaca- discurre paralela al río Aragón, sin dejar de lado las grandes montañas, los hermosos bosques y los secos parajes, que también se hacen visibles en el recorrido. En territorio navarro, se introduce en amplios valles que dan acceso al desfiladero de La Foz de Lumbier -emblemático en este camino- para luego alcanzar el alto de Loiti. Desde aquí son las suaves laderas de la sierra de Alaiz las que acogen al peregrino hasta llegar al Puente la Reina.

El Camino se inicia a 1.600 m de altura y 858 km de Santiago, en Somport, en el mismo paso fronterizo con Francia donde un pequeño monumento al peregrino señala el lugar de partida. Aquí se encuentran los restos del antiguo hospital de peregrinos llamado Santa Cristina. Este fue uno de los más grandes centros de acogida de caminantes durante la Edad Media, junto a los de Jerusalén y del Gran San Bernardo, en los Alpes. El trazado continúa por los Pirineos de Candanchú y el pueblo de Canfranc, donde está situado el puente medieval de los Peregrinos que permite enlazar con la vía romana por la que discurrió el auténtico camino medieval.

Poco después de superar el peculiar pueblo montano de Castiello de Jaca se llega a la ciudad de Jaca; una de las localidades más emblemáticas del Camino y que actualmente ofrece mayores servicios. El principal atractivo es la catedral románica que data del siglo XI, que se convirtió en ejemplo de un nuevo tipo de edificación en España e incluso en Europa. A partir de aquí, el Camino sigue paralelo al río Aragón, pasando por las localidades de Santa Cilia de Jaca y Puente la Reina de Jaca. Los peregrinos medievales cruzaban el río en este lugar y continuaban el camino hacia Berdún por la otra orilla que llegaba hasta Tiermas. En la actualidad, la construcción del pantano de Yesa alteró el entorno y sumergió el antiguo Camino bajo sus aguas. De este modo, la Ruta moderna va por un camino más abrupto que se extiende por la parte izquierda del río a través de las localidades de Arrés, Artieda -contó con un antiguo hospital y un priorato dependiente de Santa Cristina de Somport- Ruesta y Undués de Lerda. Este tramo está impregnado del espíritu medieval de la peregrinación gracias a los bosques nacidos a la orilla del embalse de Yesa. Ambas rutas se unen finalmente en Sangüesa, la primera localidad Navarra del Camino.

Una vez superada la Comunidad de Aragón, distan 58 km para llegar al punto de intersección con el Camino que viene de Roncesvalles. El primer trayecto por tierras navarras es eminentemente montañoso; pasa por la solitaria aldea de Rocaforte -lugar de retiro de Francisco de Asís- por la sierra de Aibar, por el alto del mismo nombre y por el alto de Loiti. Existe una variante a este itinerario que recorre el desfiladero creado por el río Iratí, conocido como Foz de Lumbier, siguiendo el trayecto del antiguo ferrocarril del Irati. La andadura discurre por terrenos planos y valles solitarios en los que se encuentran las pequeñas localidades de Liédena, Lumbier, Nardués y Alduate. Esta vía alternativa se une a la oficial en el alto de Loiti, a 10 km del lugar de Monreal. Es un pequeño burgo en el que se conservan muestras de arquitectura tradicional como el puente románico que salva el río Elorz.

Tras abandonar Monreal, la travesía continúa por pequeños barrancos, sendas que bordean laderas y hermosos robledales. Algunas de las localidades que se encuentran a su paso son Yárnoz, Otano, Tiebas, Olcoz y Obanos, hasta llegar al famoso Puente la Reina, donde se unen el Camino Aragonés y el Navarro. Aquí se deja de lado la soledad y la escasez de servicios que tiene la vía aragonesa para dar paso a la aglomeración que se despierta en este punto de confluencia del Camino Francés. Algunos autores sostienen que, antiguamente, los caminos se unirían en la localidad de Obanos -a 686 km de Santiago- un enclave de palacetes y callejas que reunió en 1327 la pequeña y mediana nobleza para frenar los abusos de la Corona y establecer un poder alternativo.

Esta Ruta ofrece la posibilidad de visitar impresionantes monasterios, al tiempo que pasa por localidades con una gran carga histórica, donde la tradición sitúa hermosas leyendas. Algunos de los pueblos tienen un especial atractivo constructivo, aunque otros sobrecogen por su estado de abandono. En muchos de ellos es posible seguir la huella de significativos ejemplos de cultura jacobea.

En el kilómetro 0 del Camino, situado en Somport, se levanta una escultura en honor al peregrino, además de la ermita del Pilar que tiene como adorno una cruz de Santiago en la parte superior. Descendiendo por estas tierras se llega a las ruinas del antedicho hospital medieval de peregrinos de Santa Cristina, que dejó de funcionar en el siglo XV y quedó totalmente abandonado en el XVII. En el pueblo de Canfranc Estación, se levanta la torre de Fusileros o Espelunca (s. XV), que posiblemente funcionó de enfermería y en la actualidad acoge una muestra multimedia sobre el Camino de Santiago. Pocos kilómetros después, en la localidad vecina de Canfranc, se cruza el puente medieval de Peregrinos, formado por un sólo arco y restaurado en el siglo XVI. La historia dice que, antiguamente, gracias a una Orden Real los nativos de la villa podían cobrar un peaje sobre las mercancías y caballerías que cruzasen el puente. Pero, a cambio, los que se beneficiaban de no pagar impuestos estaban obligados a cuidar el camino desde Jaca hasta la frontera y a limpiarlo en épocas de nevadas. Aquí también se hallan las ruinas de una vieja iglesia y de un hospital para pobres y peregrinos, que según documentos encontrados datan del año 1095.

La siguiente localidad que guarda vestigios jacobeos es Castiello de Jaca. En ella se hallan restos de la vieja calzada romana por la que caminaron los primeros peregrinos. Poco después se alcanza Jaca, ciudad que tiene como joya la catedral románica dedicada a San Pedro Apóstol, construida durante el reinado de Ramiro I. En esta época -siglo XI- Jaca se convirtió en punto clave para los peregrinos que se diri-gían a Santiago.

También destaca Santa Cilia de Jaca, cuyo núcleo urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico del Camino de Santiago. A la salida de la localidad se halla un monumento de hierro en honor al peregrino. Continuando el viaje está el Puente la Reina de Jaca, que en la antigüedad constituyó una de las más importantes encrucijadas del Camino por sus típicos mesones medievales.

El trayecto que seguían los peregrinos a través de las localidades de Berdún, Sigües y Tiermas, antes de la construcción de la presa de Yesa, también alberga importantes restos jacobeos. Así, Sigües cuenta con el viejo hospital de peregrinos de Santa Ana, además de la iglesia parroquial de San Esteban (s. XII) que fue declarada Bien de Interés Cultural. Por otro lado, en Tiermas, la iglesia de San Miguel (s. XVI-XVII), también sirvió como dispensario, y en Javier se halla el Castillo con el mismo nombre que desde el XVI es lugar de peregrinación.

Ruesta es otro enclave relevante, ya que en época antigua daba cobijo a los caminantes en el priorato de Santiago de Ruesta (s. XI). También Undués de Lerda ofreció albergue a los peregrinos en una iglesia renacentista del siglo XIII que -hoy en día funciona como ayuntamiento, salón social y consultorio médico. En este pueblo se conservan también los restos de la calzada romana.

Una vez en Navarra, el primer lugar relevante es Sangüesa, entre cuyo patrimonio cultural destaca la iglesia de Santiago, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1977. En su interior conserva tallas y varias referencias del Apóstol. Otros de los monumentos relevantes son la iglesia de Santa María la Real y el convento de San Francisco, que según la tradición fue fundado por el beato a su regreso de Compostela en 1213.

Un importante monumento, aunque no vinculado directamente con el fenómeno de la peregrinación, es el templo de Santa María de Eunate, situado en Tiesas. Su nombre significa en euskera “100 puertas” y fue construido en el siglo XII por los caballeros templarios, conservando esa aura misteriosa que la envuelve desde la antigüedad hasta esta época contemporánea.

Las leyendas están ausentes en este recorrido; así, en Obanos todos los años se representa el antiguo relato jacobeo de Santa Felicia y de su hermano Guillermo, príncipes de Aquitania, el cual en un arrebato de furia dio muerte a su hermana. Arrepentido, decidió peregrinar a Compostela para suplicar el perdón del Apóstol.

El último lugar de este Camino, Puente la Reina, alberga un grandioso patrimonio histórico, artístico y cultural entre el que se cuentan las iglesias de Santiago y del Crucifijo, esta última fundada por los caballeros templarios que instalaron a su lado un hospital para peregrinos que es albergue en la actualidad.

Según los datos que maneja la Delegación Diocesana de Peregrinaciones de Santiago de Compostela, del total de peregrinos que llegaron a Compostela en el año 2008, cerca del 1% -978- había partido de Somport. Este mismo porcentaje se produjo en el año 2007 -898- y en el 2006 -873-.

Este Camino es menos transitado que su vecino Navarro, ya que parten un menor número de peregrinos, además de que recibe a menos caminantes procedentes de Europa. En cuanto a los centros de asistencia para peregrinos, cuenta con albergues de donativo en Arrés, Sangüesa, Tiesas y Eunate; un lugar de acogida en el monasterio de Leyre; y varios albergues de pago gestionados por organismos públicos, como los situados en los municipios de Jaca, Santa Cilia de Jaca, Artieda, Ruesta, Undués de Lerda, Sangüesa, Monreal, Obanos y Puente la Reina. [XIV]

V. Navarro, Camino


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