Basílica de la ciudad aragonesa de Jaca, primera localidad relevante del Camino de Santiago después de cruzar la cordillera de los Pirineos por el puerto de Somport. A 819 km de Santiago de Compostela. La catedral de Jaca es la primera con la que se encuentra el peregrino a Santiago que elige esta senda jacobea. Tiene una gran relevancia. Es la primera que se empezó a construir en el Camino Francés, si exceptuamos la de la meta compostelana, coetánea. Ejerció una gran influencia en otras construcciones religiosas de esta ruta.
El apogeo de la ciudad de Jaca en la segunda mitad del siglo XI, derivado de la relevancia lograda como capital del Reino de Aragón y esencial punto de convergencia de los peregrinos que se dirigían a Santiago desde los Pirineos, obligó a la construcción de un gran templo que diese respuesta a estas necesidades. Entre 1076 y 1077 se iniciaron las obras de esta joya del románico español, impulsadas por el rey Sancho I Ramírez. Es un edificio de estructura basilical con tres naves cerradas a los pies con un pórtico de dos tramos.
Entre los muchos elementos sobresalientes de esta innovadora catedral, tanto en materia arquitectónica como escultórica, destacan los hermosos capiteles y el tímpano esculpido en la portada occidental por el llamado maestro de Jaca, que participó en la primera fase de las obras al frente de un taller que ejerció una notable influencia a lo largo del Camino.
También pudo trabajar aquí el no menos famoso maestro Esteban, que antes ya lo había hecho en la fachada de As Praterías de la catedral compostelana. El popular crismón del tímpano, símbolo de Cristo, atribuido al taller del maestro de Jaca y con presencia destacada en otros puntos de la Ruta, es uno de los más antiguos y hermosos del románico europeo. Se cree que inspiró la expansión de este elemento artístico en España y en las vías de peregrinación. Surgen también en este templo las características bandas de ajedrezado o taco jaqués, de contrastada presencia en la Ruta Jacobea románica. Su estructura sufrió en el siglo XVI una profunda renovación, pero logró conservar gran parte de lo más característico de su impronta románica.
Además de su influyente arquitectura y de su arte, la catedral de Jaca aporta al acervo jacobeo otros matices. En el altar mayor reposan las reliquias de uno de los míticos siete varones apostólicos que la tradición santiaguista más interesada da como convertidos a la fe cristiana por Santiago el Mayor, a su paso por tierras zaragozanas, según ciertas versiones. Hablamos de San Indalecio, cuyos restos se trasladaron desde el cercano monasterio de San Juan de la Peña a esta basílica, después de haber sido traídos en 1084 a dicho cenobio desde el sur de España, debido a la presencia musulmana. Se conservan en una urna de plata en el altar mayor. En el pórtico se muestra una escultura de Santiago del siglo XVI con simbología jacobea.
El conjunto arquitectónico es Monumento Nacional desde 1931 y ha sido candidato a la declaración como Bien Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La estancia en la basílica debe completarse visitando el Museo Diocesano, situado en el claustro, en el que se pueden admirar magníficos ejemplos de pintura medieval. [MR]
V. Jaca