Pistoia
Pistoya, en español. Ciudad de 95.000 habitantes de la provincia homónima de la región de Toscana, en el centro-norte de Italia. A 2.020 km de Santiago y a 305 de Roma. Conserva una intensa tradición jacobea nacida en siglo XII, cuando el obispo Atón logra una reliquia del apóstol Santiago de su homólogo compostelano Diego Gelmírez. Está depositada en un hermoso relicario en la catedral local de San Zeno.
Cuenta también Pistoia con una de las primeras copias del Codex Calixtinus (s. XII) y fue y sigue siendo histórico lugar de paso de peregrinos de la Vía Francígena, que comunica Roma con el centro y norte de Europa y también con Santiago.
El obispo compostelano Diego Gelmírez decidió ofrecer hacia el final de su vida, seguramente en los años 1138-1139, un regalo piadoso a su homólogo y admirado obispo de Pistoia, Atón, como reconocimiento a su figura. Le envió el obsequio con una carta explicativa en la que le mostraba su admiración. Se trataba de un hueso de la mandíbula correspondiente, según la tradición, a Santiago el Mayor. Sería el último fragmento extraído de las reliquias del santo -de ahí su alto valor simbólico- y el único documentado con certeza que se conserva fuera de la catedral compostelana.
Conocido este hecho, cuando en 1879 se redescubrieron en la basílica compostelana los restos de Santiago -perdidos cuando menos desde el siglo XVI- se buscó en el fragmento óseo de Pistoia, cuyo relicario se abrió especialmente para la ocasión, un apoyo científico que ayudase a confirmar, como se deseaba, la autenticidad del hallazgo. Los encargados papales del informe, con los escasos medios de la época y, seguramente, con sus mejores deseos, consideraron que había una similitud innegable entre aquella reliquia y los restos compostelanos.
Esto ayudó de forma definitiva a que el papa León XIII confirmara el hallazgo en unas letras pontificias de 1884, posteriormente ratificadas con la bula Deus Omnipotens. En el primer texto se asegura que la reliquia de Pistoia es una “partícula arrancada de la cabeza [de Santiago], como se probó en una información reciente, que la titula apophosis mastoidea, y aún conserva huellas de sangre, porque fue una herida por la espalda al separar la cabeza del cuerpo [Santiago, según la Biblia, murió decapitado]”. Para reforzar más el valor de la reliquia pistoiana en su relación con Santiago, el informe destaca “la fama de los milagros obrados por ella y el culto tradicional que le consagraron los de Pistoia, siendo hoy [1884] aun objeto de especialísima veneración en aquella iglesia”.
Tal culto era algo que sucedía desde los tiempos de Atón, quien había aprovechado la reliquia jacobea para convertir la catedral de Pistoia, donde la deposita, en un centro de peregrinación regional. El propio obispo solicita y obtiene indulgencias del papa Eugenio III para los devotos que visitasen esta basílica y funda un hospital para peregrinos y pobres dedicado a Santiago. Son conocidos varios milagros obrados por la pequeña reliquia, alguno ya citado en la Legenda aurea (ca. 1264).
La excelente catedral de Pistoia, obra románica del siglo XII con reformas posteriores, guarda el fragmento en la capilla del Crucifijo o de San Jacopo, en un altar-relicario de una gran vistosidad y valor artístico. Es una obra de los siglos XIII al XIV conocida como el altar de San Jacopo, recubierta en plata y formada por decenas de pequeñas figuras que representan en la parte frontal escenas del Nuevo Testamento con un Cristo en majestad culminando el conjunto. En el centro destaca la hermosa estatua de Santiago en el trono, también en plata y con atributos apostólicos y de peregrino, realizada a mediados del siglo XIV por Giglio Pisano. Los laterales, con varias escenas del propio Santiago y del Antiguo Testamento, son de la segunda mitad del XIII. Es una de las mayores joyas italianas en su estilo.
Situada desde la Edad Media en la ruta central de la Vía Francígena, la principal red de peregrinación a Roma, conectada también desde el sur de Francia con el Camino de Santiago, Pistoia aprovechó esta excelente situación para fomentar la peregrinación a su propia catedral. Muchos de los peregrinos que iban o venían de Roma hacían un alto para visitar la basílica y su milagrosa reliquia. También paraban en la ciudad los caminantes jacobeos. Lucia Gai recuerda que entre 1738 y 1764 se observa una gran afluencia de peregrinos de Santiago de varias nacionalidades. Eran atendidos en la Opera di San Jacopo. Para evitar engaños, ante la existencia de gran número de gallofos, se llegó a pedir a Santiago una compostela auténtica para comparar con las falsificaciones que presentaban muchos de estos, que afirmaban haberlas obtenido en su estancia en la ciudad del Apóstol.
Quizá por ser Pistoia zona de paso de la Francígena y por su vocación jacobea, se realizó para esta ciudad una de las principales copias del Codex Calixtinus compostelano. Se escribió en el siglo XIII por un sacerdote procedente de esta urbe italiana. Combina textos del Calixtinus con otros jacobeos de carácter local. Se conserva un tercio de su volumen original y está depositada en el Archivo de la ciudad.
Pistoia mantiene en el presente su vocación jacobea y en ella tuvo lugar uno de los hitos del renacer del Camino de Santiago en los pasados años ochenta. Fue un recordado congreso internacional sobre esta ciudad y la cultura jacobea europea (1987). [MR]
V. Atón, San