XacopediaSantiago caballero

En pleno siglo XII -época en la que se desarrolla un importante renacimiento cultural en Occidente- el santo patrono de Castilla y León, el apóstol Santiago el Mayor comenzará a adoptar el aspecto de un caballero ecuestre, acorde con el papel que desempeña en la escena religioso-política del reino. Al igual que San Jorge y otros santos militares de origen bizantino, Santiago asumirá el ser y el parecer de un miles Christi, un aguerrido soldado de Cristo que prestará auxilio a las tropas cristianas en el escenario bélico para el que sea invocado. Esta actitud combativa servirá también para ser requerido íntimamente por sus devotos, para que les libre del mal y les otorgue el beneficio de su mediación en momentos de angustia, o en el trance supremo del juicio del alma.

Presentado en la escultura de tímpanos o en las miniaturas de documentos y códices de prestigio con los aditamentos militares de su rango, Santiago el Mayor cabalga a lomos de un brioso corcel, porta un estandarte cristiano y blande una temible espada de doble filo. El Apóstol se convierte de este modo en un símbolo de la lucha contra el mal, pero más que imagen de veneración destinada al culto privado o público, en los siglos XIII y XIV deviene imagen institucional, representativa tanto del señorío de la iglesia de Santiago, como del poder mediador del santo protector, administrado por dicha institución a través del beneficio de las indulgencias.

El Liber Sancti Iacobi, popularmente conocido como Códice Calixtino, es la principal fuente que ilustra la plasmación de la iconografía de Santiago como caballero celeste, presto a socorrer a peregrinos en apuros o a grandes ejércitos en combate. Uno de los 22 milagros del Apóstol recopilados en el libro II de dicho códice relata la aparición del Apóstol ecuestre: un peregrino de Lorena que cabalgaba hacia Compostela en un grupo de treinta cayó enfermo; lamentablemente fue abandonado por sus compañeros excepto por uno, que no dudó en prestarle todo el auxilio posible; pese a tales cuidados el enfermo falleció y su compañero solicitó con fervor la protección de Santiago.

El Apóstol apareció ante el angustiado caballero lorenés que velaba a su compañero difunto bajo la apariencia de un soldado ecuestre y, tras interesarse por su situación tomó en sus brazos al muerto, mientras el vivo montaba en la grupa del caballo. El celeste jinete y su corcel llevaron a los dos peregrinos hasta Compostela, cumpliendo así el deseo de ambos devotos. La representación de este milagro aparece en pinturas y vidrieras italianas de finales de la Edad Media; la más conocida es el frontispicio del Liber Consortii Sancti Iacobi appostoli de Galitia, obra de 1399 conservada en la Biblioteca Palatina de Parma, pero también puede verse en un fresco datado hacia 1400 que se encuentra en la iglesia de Santa María in Piano (Loreto Aprutino, Abruzzo), o en un vitral de mediados del siglo XV de la basílica de San Domenico de Perugia.

Otra acepción muy distinta de la iconografía de Santiago caballero es la surgida al amparo de la toma de Coimbra (1064) por el rey Fernando I de León. El relato de la milagrosa aparición de Santiago como miles Christi, animando con su sobrenatural presencia a las fuerzas cristianas que luchaban por conquistar esta ciudad, aparece en dos textos de la primera mitad del siglo XII: la Historia Silense (1115) y el libro II del Calixtino (ca. 1140).

Ambas versiones coinciden en lo esencial: existe en Galicia una gran preocupación sobre la campaña de Coimbra liderada por Fernando I, puesto que el asedio se prolonga sin resultados favorables a los cristianos; por aquellos días llega a Compostela un peregrino griego de nombre Esteban que, al escuchar las invocaciones que un grupo de devotos le dirigen a Santiago, llamándole caballero, se altera y les reprende, recordándoles que los Evangelios dicen que Santiago, hijo de Salomé y Zebedeo, era pescador como su padre. Tras la discusión, cuando todos se retiran a dormir, el peregrino griego recibe en sueños la visita de Santiago, asegurándole que es cierta su condición de soldado de Cristo, y para que todo quede claro le predice la toma de Coimbra para el día siguiente, ultimada gracias a su sobrenatural intervención. Tras comprobar la veracidad de tales hechos, el peregrino Esteban no dudó en afirmar que Santiago el Mayor siempre dará la victoria a quienes en la milicia le invoquen para luchar por la verdad. Este milagro recogido en el libro II del Calixtino se vincula con la tradición de la aparición de Santiago en la batalla de Clavijo y en una gran cantidad de combates que las huestes españolas libraron contra sus enemigos, desde la Edad Media hasta el siglo XX.

El santo patrono se convierte así en el caballero celeste que acude a ayudar al bando cristiano cuando así se le invoca. Para la mentalidad medieval hispana, la imagen ecuestre del santo patrono pasó a simbolizar el ideal sacro de la milicia feudal que luchaba por la extensión de la fe cristiana y la dilatación de las fronteras de los reinos del norte peninsular. En estas imágenes ecuestres, con o sin vencidos a sus pies, Santiago asume la apariencia de los guerreros medievales o, ya en el siglo XVI, de los caballeros del Renacimiento, vistiendo gruesa cota de malla o refulgente armadura, portando espada y estandarte de guerra.

El miles Christi//// Con una carga ideológica tan notoria, la representación del Apóstol como miles Christi presenta sus testimonios iconográficos más tempranos en el segundo cuarto del siglo XIII. Las fuentes iconográficas de las que se nutre este ideal se encuentran, no obstante, en determinados textos y miniaturas de los códices del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana, además de la escultura románica leonesa; sirvan de reflexión, al respecto, los jinetes apocalípticos como los del llamado Beato de Manchester (ca. 1180) y la imagen de San Jorge del pórtico de la iglesia de San Isidoro de León, donde el santo caballero aparece ataviado como guerrero cruzado atacando a un enemigo, en lugar de alancear al dragón o a la serpiente.

Aunque las referencias a los milagros bélicos del Zebedeo se remontan a los años medios del siglo XI, como se ha visto en el caso de la aparición en Coimbra, las imágenes más antiguas conocidas son el Santiago ecuestre del denominado tímpano de Clavijo (ca. 1230), actualmente situado en el crucero sur de la catedral compostelana, pero procedente de una portada del desaparecido claustro medieval, y la miniatura del frontispicio del Tumbo Menor de Castilla; en esta pintura de la segunda mitad del XIII aparece Santiago a caballo en una bandera que ondea en lo alto del castillo de Uclés, prueba de que esta iconografía emblemática se empleó para la decoración de pendones con fuerte carga señorial y simbólica. [FS]


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