También conocida como Crónica Silense. Se trata de un texto escrito en latín posiblemente en la primera mitad del siglo XII, dedicado al reinado de Alfonso VI (1065-1109) y sus antecesores. Por ser este monarca uno de los grandes reyes jacobeos de la historia, el documento ofrece significativas y variadas referencias al respecto, entre las que destacan las alusivas al nacimiento del mito del Santiago caballero y matamoros.
En la Historia Silense se encuentra la que podría ser la mención más antigua conocida a la denominación del Camino de Santiago como tal, citado aquí ya como iter Sancti Iacobi. Las siguientes -casi coetáneas, en todo caso- aparecerán en el Codex Calixtinus. La Historia Silense, que debe su título a que pudo haber sido escrita en el monasterio burgalés de Silos, aporta este dato trascendental al referirse a los esfuerzos realizados en las primeras décadas del siglo XI por el rey Sancho III el Mayor de Navarra, para mejorar el trazado de la Ruta Jacobea en las zonas próximas a los Pirineos, garantizando así un paso más seguro para los peregrinos.
Si algo caracteriza a la Historia Silense es que resalta la esencia hispana del fenómeno jacobeo frente a la versión de clara orientación francesa que ofrece el Codex Calixtinus. De hecho, en ella está la referencia más antigua al origen hispano de la figura del Santiago caballero y matamoros, que aparece en el siglo XII, coinciden los estudiosos. Lo hace al recoger por vez primera el milagro de la intervención divina del Apóstol, montado sobre un caballo blanco, a favor del rey Fernando I de León para lograr la toma de la ciudad portuguesa de Coimbra, en manos de los musulmanes (1064). También recoge este hecho milagroso el Codex Calixtinus, quizás en una versión algo posterior y más tibia.
Esta leyenda se consolidó muy pronto y todo indica que tuvo una gran repercusión, influyendo decisivamente en el nacimiento de la figura intercesora y guerrera de Santiago frente a los infieles. La no menos legendaria intervención de este santo a favor de los cristianos en la supuesta batalla riojana de Clavijo (s. IX) comenzaría a difundirse algo más tarde, a mediados del siglo XII, por lo que en la práctica habría ejercido una influencia posterior, aunque de más éxito.
La reivindicación hispana del hecho jacobeo se observa también en las críticas que la Historia hace al emperador franco-alemán Carlomagno, ensalzado en el Calixtinus como liberador del sepulcro de Santiago y considerado aquí más amigo de los baños y los banquetes que de la lucha contra los infieles.
La crónica ofrece también una versión de la destrucción de la ciudad compostelana por Almanzor (997), asegurando que respetó el sepulcro de Santiago, y un relato de peregrinaciones y ofrendas de monarcas hispanos a este santo. [MR]