Santo Toribio de Liébana, jubileo deAño jubilar celebrado en Santo Toribio de Liébana, Cantabria. Por poseer el que se considera el fragmento de mayor tamaño del lignum crucis, la cruz de la crucifixión de Jesús, el monasterio de Santo Toribio de Liébana dispone desde 1967 del privilegio de la celebración del año jubilar completo. Es uno de los tres grandes jubileos de la Península Ibérica, con los de Caravaca de la Cruz (Murcia), también relacionado con la existencia de una astilla del lignum crucis, y, sobre todo, Santiago de Compostela.
Santo Toribio se sitúa en la abrupta comarca interior cántabra de la Liébana, motivo por el que esta celebración se conoce como Año Jubilar Lebaniego. El monasterio está próximo a la localidad de Potes y a poco más de 100 km de la ciudad de Santander, en un punto de la cordillera Cantábrica donde confluyen los límites territoriales de la propia Cantabria, Asturias, y Castilla y León. Se ha conectado con el Camino Francés a través de una vía secundaria de peregrinación.
Para descubrir el origen de este jubileo hay que remontarse al siglo VI, probable momento de la fundación del monasterio de San Martín de Turieno. En los primeros tiempos de la invasión árabe de la Península Ibérica (s. VIII), el lugar, aislado en los casi inaccesibles montes cántabros y libre de la presión musulmana, sirvió de refugio a numerosos monjes y reliquias cristianas. Entre estas estarían las de Santo Toribio, obispo de Astorga (León) en el siglo V, y un fragmento del lignum crucis que este mismo religioso había traído de una peregrinación a Tierra Santa. A partir de este momento el convento empezó a conocerse con el nombre de Santo Toribio.
La reliquia de la cruz logró gran fama en la España cristiana medieval. A esta difusión colaboraron los propios monjes de Santo Toribio desde el siglo XVI, al disponer de licencia real para pedir limosna por todo el reino castellano. En su caminar propagaron el poder intercesor de la reliquia y sus milagrosas propiedades, sobre todo para los endemoniados. Se consolidó así una corriente de peregrinación que llevó a que en 1512 el papa Julio II concediese al cenobio cántabro el privilegio del jubileo durante una semana cuando la fiesta del santo -16 de abril- coincidiese en domingo. Pero fue en el pasado siglo XX cuando Santo Toribio inició una renovada etapa -conjugando fe y turismo- al lograr en 1967 que el papa Pablo VI ampliase la duración del jubileo a un año. Los dos últimos se celebraron del 30 de abril de 2000 al 29 del mismo mes de 2001 y del 23 de abril de 2006 a la misma fecha de 2007. El de 2006 contó con una programación turístico-cultural paralela promovida por el Gobierno autonómico cántabro con el lema Cantabria, tierra de júbilo.
El año jubilar lebaniego se abre con la simbólica apertura de la puerta del Perdón del monasterio. Para obtener las indulgencias plenarias hay que visitar el lugar y, como en los demás jubileos, rezar alguna oración, confesar y comulgar quince días antes o después de la peregrinación. La reliquia se conserva en una carcasa de plata de 1778 en forma de cruz. Cuentan en Santo Toribio que un análisis reveló que el fragmento procede de una especie de ciprés palestino de hace unos 2.000 años.
El convento de Santo Toribio, regido actualmente por los franciscanos, tiene vinculaciones con la cultura jacobea. En el vivió Beato de Liébana (s. VIII), el primero hispano, junto con San Isidoro, en referirse a la predicación de Santiago el Mayor en la Península Ibérica, un hecho que iba a tener una gran relevancia para el nacimiento de la tradición santiaguista.
Santo Toribio fue, además, un santuario visitado con cierta frecuencia por peregrinos que desde la costa cantábrica se dirigían, pasando a propósito por este venerado lugar, hacia el Camino Francés, con el que enlazaban en tierras leonesas. También realizaban la visita al volver de Santiago. En los últimos años se tomaron iniciativas para recuperar esta histórica vía de peregrinación. [MR]