Villa de 940 habitantes (48 m) en el Camino del Norte o de la Costa, en la provincia de Lugo, Galicia. A 167 km de Santiago. Un puente de piedra sobre el río Baos, representado como blasón del escudo del municipio de Lourenzá, constituye la entrada a Vilanova. Este tramo del Camino del Norte se conoce como Camiño Vello de Lourenzá. En esta localidad se unen los dos tramos del Camino del Norte separados desde el límite de Asturias, los procedentes de Ribadeo y Santiago de Abres.
Se formó la villa en torno al monasterio de San Salvador. La fecha de su fundación se remonta al menos al año 969, y su construcción se terminó ocho años después. Un documento de ese año alude al conde Osorio Gutiérrez, primo y cuñado del rey Ordoño IV de León, como su precursor, quien donó además 33 camas al cenobio, reservando 12 para los pobres. Aunque su creación fue anterior a la llegada de los primeros peregrinos procedentes de la Ruta de la Costa, en adelante dio cobijo a los caminantes que lo precisaran. El noble era conocido con el sobrenombre del Conde Santo por abandonar la gloria militar y donar todas sus pertenencias, entregándose a una vida contemplativa.
Con el fallecimiento de su esposa, Osorio se recluyó como fraile en el monasterio. Tras su peregrinaje a Tierra Santa trajo desde Aquitania un hermoso sarcófago de mármol paleocristiano (s. VI) de características únicas en Europa, destinado a su eterno descanso, y que se conserva. Incluso se decía del noble que su sepulcro fue traído tras su muerte desde Palestina, tal y como aconteció con el del Apóstol. La capilla de Nosa Señora de Valdeflores, erigida en el siglo XVIII en la iglesia de Santa María, custodia sus restos.
Son muchos los milagros que se le atribuyen al noble, entre ellos el del pozo del Santo, situado en el patio del claustro. Se cree que sus aguas poseen asombrosas propiedades curativas, razón por la que los caminantes que se acercaban hasta el templo calmaban con ellas sus dolencias. Otra de las tradiciones aún se cumple a día de hoy durante las fiestas de la villa, que se celebran el último domingo de agosto. La leyenda cuenta que quien consiga tocar el ataúd del conde a través de un agujero existente en la parte baja del sepulcro, verá cumplido el deseo que pida.
La iglesia del cenobio, dedicada a Santa María, sufrió sendas remodelaciones en los siglos XVII y XVIII, con la adición de elementos barrocos. La más importante de ellas fue proyectada en 1732 por Fernando de Casas y Novoa. Los nativos y algunos estudiosos aseguran que su fachada sirvió de ensayo para la creación de la mítica portada de O Obradoiro de la catedral compostelana, puesto que fue el mismo arquitecto el encargado de rematar la imponente fachada catedralicia. En la de Lourenzá podemos observar la figura de Osorio.
La iglesia está compuesta por tres naves, con planta en cruz latina. Las reformas fueron tan radicales que de la construcción primigenia tan solo se conservan dos piedras: un ara del siglo IX y una lauda del XII. El retablo mayor, diseñado por Ventura Rodríguez en 1766 y elaborado por Bernardo del Río, es de estilo neoclásico y en él se pueden observar las exquisitas imágenes de madera policromada talladas por Ferreiro. Cuenta con otro retablo de estilo renacentista, que alberga imágenes de San José, Santa Xertrude y la Virgen de Monserrat. En la sacristía se conserva un relicario realizado en policromía. Además del anteriormente mencionado oratorio de Valdeflores, la iglesia acoge la capilla de Nosa Señora de Valbanera, donde en 1964 se instaló el Museo de Arte Sacro. La colección exhibida se compone de pinturas en tabla con escenas de los milagros del Conde Santo, esculturas de los siglos XVII y XVIII y piezas de orfebrería. La exposición amplió sus dependencias hasta ocupar, entre ellas, la antaño biblioteca monacal, desmantelada en el año 1835.
No es posible fechar con exactitud la fundación del austero hospital de Vilanova, creado al amparo del monasterio de San Salvador, lo que hace pensar que su nacimiento es paralelo al de este, en el año 969. Tan sólo se sabe que los documentos de los libros de fábrica abarcan desde 1606 a 1720. Con todo, sí está documentada la presencia de peregrinos en el concejo laurentino antes del siglo XII. También se conservan varios expedientes en el Archivo Municipal de un breve periodo, entre 1852 y 1864, en el que el hospicio pasa a ser hospital de Caridad. Contaba el edificio con cinco alcobas y siete camas. Entre el inventario que poseía el centro destacan las dos tallas, una del Apóstol Santiago y otra de Santa Catalina.
Un mayordomo elegido por el pueblo era el encargado de llevar las cuentas de ingresos y gastos de la fundación. La tónica general durante los tres siglos de los que se conservan referencias será la ineficacia en su gestión.
El hospicio dejará de existir físicamente en el año 1915, aunque la actividad hospitalaria llevaba paralizada desde 1864.
Destacan también en Lourenzá las ermitas de Santa Cruz y de A Nosa Señora da Gracia, así como las fuentes do Adro y de A Gracia. Desde el santuario de Santa Cruz cuenta la leyenda que don Osorio lanzó una piedra, y en el lugar hasta el que rodó se levantó el monasterio.
En Vilanova se puede pernoctar en el albergue de peregrinos público, inaugurado en el año 1998. La ruta prosigue desde el refugio, situado en la calle Campo de la Gracia, por el puente medieval de A Pontella. [SOB]
V. Santiago de Abres / Trabada / Vegadeo