Expresión de ánimo de origen medieval mediante la que los ejércitos cristianos peninsulares se daban ánimos en la batalla. Es una de las frases más conocidas y citadas de España a través de la historia. Actualmente está en casi total desuso; solo se utiliza para dar ánimos ante una tarea difícil o para referirse con ironía o humor a cuestiones vinculadas en algún sentido o aspecto a la España más tradicionalista. Se ha usado modernamente por algunos para aludir a determinadas personas o grupos empeñados, en su opinión, en ‘cerrar’ España a nuevos avances e influencias.
El origen de esta popular expresión hay que buscarlo en el grito de guerra lanzado por los caballeros medievales del reino de Castilla y León al inicio de ciertas batallas, principalmente contra los musulmanes. No se conoce su origen, aunque se relaciona con la incierta batalla de Clavijo (La Rioja) que, de ser un hecho real, tendría lugar hacia el año 844 entre el rey asturiano Ramiro I y el caudillo musulmán Abderramán II -Abd al-Rahman-. Según la leyenda, el apóstol Santiago se le apareció al monarca cristiano para darle ánimos y anunciarle que al día siguiente él mismo le ayudaría, montado sobre un caballo blanco, a lograr la victoria. Ramiro comunicó esta aparición a su ejército que, animado como nunca al grito de “¡Santiago y cierra España!”, venció al enemigo. Dado que la batalla de Clavijo pudo no llegar a producirse, se baraja un origen posterior para esta alocución, en alguna otra disputa semejante.
Como han precisado destacados lingüistas, hay que tener en cuenta el sentido que el verbo ‘cerrar’ tiene en esta frase: es un significado de origen medieval que se relaciona con los verbos castellanos ‘embestir/atacar/acometer’.
En este sentido resulta revelador, una vez más, el Quijote (s. XVII). Sancho Panza, con buen tino, ya pregunta por este dicho: “Querría que vuesa merced me dijese qué es la causa porque dicen los españoles, cuando quieren dar alguna batalla, invocando aquel San Diego Matamoros: ‘¡Santiago y cierra España!’ ¿Está por ventura España abierta y de que modo es menester cerrarla, o que ceremonia es ésta’”.
La respuesta de Don Quijote, a quien Sancho dirige la pregunta, parece algo chulesca, pero es halagadora con los poderosos caballeros santiaguistas del momento, entre los que figuraba el conde de Lemos, protector de Cervantes, celebérrimo autor de la obra: “Simplísimo eres Sancho; este gran caballero de la cruz bermeja háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo, especialmente en los rigurosos trances que con los moros los españoles han tenido; y así le invocan y llaman como a defensor suyo en todas las batallas que acometen, y muchas veces le han visto visiblemente en ellas derribando, atropellando, destruyendo y matando agarenos escuadrones; y desta verdad te pudiera traer muchos ejemplos que en las verdaderas historias españolas se cuentan.”
Algún autor ha defendido que en origen la frase no incorporaría el topónimo ‘España’ y tendría un sentido semejante a ‘¡Santiago, ataca!’. [MR]