Andrade, Domingo de
Arquitecto (Cee, A Coruña 1639-Santiago de Compostela 1712). Es, con Fernando Casas Novoa, el gran maestro de la arquitectura barroca en Galicia. Sobresale su labor en la ciudad de Santiago y su catedral. La Compostela que buscaba en el barroco una salida a su imagen gastada y decadente -un choque directo con la aún no olvidada condición de gran centro de peregrinación- encontrará diversas soluciones en este arquitecto. El Cabildo catedralicio, aprovechando los sustanciosos fondos de los Votos de Santiago y diversas donaciones, pondrá en manos de este artista, maestro de obras de la basílica desde 1676, las más significativas iniciativas de transformación de la deteriorada imagen del contorno catedralicio.
La gran obra de Andrade será la Torre del Reloj -Torre do Reloxo- de la basílica, entre las plazas de As Praterías y A Quintana. Parte de la base medieval estuvo promovida en el siglo XIV por el arzobispo Berenguel de Landoria, motivo por el que se conoce también esta torre como A Berenguela. El resultado será una estructura estilizadísima en cuya decoración se insertan variados motivos jacobeos. O si se quiere, un visión refinada, frágil y próxima, al tiempo que imponente: una de las joyas del barroco europeo, junto con la propia fachada de O Obradoiro, diseño posterior de Fernando de Casas Novoa (s. XVIII). Esta obra influyó, como no podía ser menos, en otros proyectos, alguno en el Camino Francés, como la torre de la catedral de Santo Domingo de la Calzada.
Andrade dio continuidad al embellecimiento del contorno de la praza da Quintana con el llamado Pórtico Real, la pared catedralicia situada al lado de la Torre do Reloxo. Con esta acción unifica el nuevo trazado barroco de la zona, que iba a continuar con la reforma de la inmediata Puerta Santa, uno de los grandes símbolos jacobeos de la basílica. Dará a este acceso especial para los años santos su estructura y composición actual, mantenida sin cambios significativos desde el siglo XVII. Será el artífice, directo o indirecto, de otras obras destacadas de la praza da Quintana, como la Casa da Parra y el conjunto de casas de A Conga, que finalizará Casas Novoa.
En el interior de la basílica no será menos trascendente su labor. Contribuye a dar forma al actual baldaquino del Altar Mayor, joya desbordante del barroco compostelano que mejorará la decaída imagen de este emblemático punto final de la meta jacobea. Inició asimismo las obras de la actual capilla del Pilar, que también finalizará Casas Novoa. Su actividad incansable lo llevará a proyectar los escenarios y las fiestas con las que en 1690 se recibió en Santiago a la peregrina más famosa del siglo XVII, la reina Mariana de Neoburgo. [MR]