Localidad de 600.000 habitantes (11 m) en el Camino Mozárabe Andaluz. Capital de la provincia del mismo nombre, comunidad autónoma de Andalucía. A 1.224 km de Santiago. Situada en la costa sur de la Península Ibérica, a 540 km de Madrid, es una ciudad cosmopolita, alegre, acogedora y abierta. Ciudad de luz, de flores y de larga tradición marinera. Su flor es la biznaga, los verdiales, el baile típico, y su bandera es verde y morada en franjas verticales.
Málaga guarda celosamente restos de su historia milenaria. Fue fundada por los fenicios de Tiro en el siglo VIII a.C., que la denominaron Malaka. Mucho después fue ocupada mediante pacto por los romanos en el 205 a.C., y fue municipio del Imperio en tiempos de Vespasiano. De esta época se conservan huellas de las vías romanas que comunicaban la ciudad con el interior. Cabe destacar la denominada Anticaria (Itinerario de Antonino, 412, 2) que pasando por Córdoba llegaba a Hispalis (Sevilla). La Vía Anticaria fue precisamente la que los mozárabes utilizarán siglos después en su peregrinar a Santiago de Compostela durante la Edad Media. Entre los numerosos vestigios de la dominación romana que quedan en Málaga, destaca el Teatro Romano, que hoy, recién restaurado, es una visita recomendada.
Al Sínodo de Elvira (Granada), celebrado el 303, asiste un obispo de Malaca: Patritius episcopus. Hasta que Justiniano ocupa la zona en el 552, las ciudades del sur de la península mantenían una situación indefinida como núcleos administrativos no sometidos a instancias superiores, si exceptuamos los años 422 y 429 con la presencia en la ciudad de los vándalos a su paso hacia África. La dominación romana en Málaga acabará en el año 613 cuando el rey visigodo Sisebuto vence a los bizantinos que la habían ocupado por menos de una centuria. La dominación árabe comenzará con Abd-al-Aziz, quien en el año 715 conquistó la ciudad para el califato, pasando después a formar parte del Reino de Granada. La alcazaba, con hermosas vistas a la ciudad, es testigo privilegiado de la presencia árabe en esta tierra.
En el siglo X, Málaga llegó a tener 15.000 habitantes. Fue conquistada por los Reyes Católicos en 1447 queda incorporada a la Corona de Castilla. Poco después de la reconquista, en el año 1509, empezó a construirse la iglesia de Santiago que, recientemente restaurada, es una espléndida construcción donde se mezclan el gótico y el mudéjar. En la actualidad, además de una hermosa imagen de Santiago peregrino, guarda en su interior la talla de Jesús el Rico, de gran significado en la Semana Santa malagueña.
Por mandato de los Reyes Católicos se comienza a construir en el siglo XVI la catedral de Málaga. En su interior predomina el estilo renacentista, mientras que el exterior es barroco. Como peculiaridad hay que destacar que la catedral está coronada por una sola torre, a pesar de que en el diseño original de Diego de Siloé figuraban dos, razón por la cual los malagueños la llaman cariñosamente la Manquita. El dinero destinado a la construcción de esta segunda torre se dedicó a ayudar a los americanos en su Guerra de Independencia.
En el siglo XVIII, Málaga conoció un gran desarrollo y llegó a alcanzar los 50.000 habitantes. Ya en el XIX se convirtió en una importante ciudad industrial, a pesar de que en esta centuria vivió en constante agitación social, de la que son hitos destacables la ocupación francesa en 1810, Riego en 1820, el desembarco del general Torrijos en 1831, el levantamiento ciudadano de 1836 con el asesinato de los gobernadores civil y militar, la proclamación de la Constitución de 1812, los desórdenes y motines de 1869 y la insurrección cantonalista de 1873.
En la actualidad es la capital industrial y comercial de Andalucía, centro de la Costa del Sol, y uno de los principales destinos turísticos dentro y fuera de la península.
Málaga es, además, ciudad jacobea. La documentación sobre los peregrinos que, con anterioridad al siglo XVI, acudían a Santiago de Compostela desde Málaga no es muy abundante. Sin embargo, sabemos que los mozárabes -cristianos que vivían en Andalucía durante la dominación musulmana- también peregrinaron a Santiago: salían de Granada, de Córdoba, de Sevilla o de Málaga, y utilizaban los caminos que entonces existían, principalmente, las calzadas romanas, cuyo rastro, por desgracia, ha desaparecido en muchos casos.
De aquellas peregrinaciones mozárabes que, por razones evidentes, no pudieron ser tan numerosas como las que utilizaron el Camino Francés, no nos quedan muchos vestigios, ni escritos ni monumentales. No obstante, contamos con algunos datos: el erudito Algacel, por ejemplo, cuenta que los cristianos de Al-Andalus de-bían acudir a Córdoda para conseguir un salvoconducto que les permitiera viajar por el emirato a fin de visitar la tumba del Apóstol.
El Camino Mozárabe Andaluz que, partiendo de la iglesia de Santiago en Málaga, llegaba por Córdoba hasta la Vía de la Plata, ha sido recuperado recientemente gracias al trabajo de la Asociación Jacobea de Málaga, que tiene entre sus fines principales la conservación y señalización de esta ruta, así como dar consejo y ayuda a los peregrinos que quieren acudir a Santiago, partiendo de la capital de la Costa del Sol.
El Camino está definido y señalado con las clásicas flechas amarillas, y cada año son más numerosos los peregrinos que lo recorren, destacando la participación de extranjeros, unos residentes en la costa malagueña y otros muchos que vienen de todos los continentes a empezar su peregrinación en Málaga. El interés creciente que suscita este Camino está posibilitando la mejora y la puesta a punto de las infraestructuras que dan alojamiento a los peregrinos. La proverbial acogida que los malagueños han brindado siempre a turistas y extranjeros, proporciona ahora la mejor hospitalidad a todos aquellos que hoy peregrinan a Santiago atravesando los blancos pueblos malagueños. [AJM]