XacopediaTeodomiro

Obispo (ss. VIII-IX). Prelado de la diócesis de Iria Flavia (ca. 819-847), a 20 km de la actual Santiago. Se le considera el descubridor del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor en un mausoleo abandonado donde actualmente se sitúa la cripta de la catedral compostelana. Según la tradición y textos medievales, Teodomiro fue avisado de la aparición de unas inusuales luminarias en un bosque de su diócesis. Personado en el lugar, comprobó que las extrañas luces procedían de los restos de un edificio funerario abandonado hacía muchos años y concluyó, tras un periodo de meditación y ayuno, que allí estaban el sepulcro de Santiago el Mayor y sus discípulos Atanasio y Teodoro.

Los textos literarios más antiguos que atribuyen el descubrimiento a Teodomiro están en la Concordia de Antealtares, de 1077, y en la Historia Compostelana, de principios del XII. Todos coinciden en lo esencial con el relato aquí citado.

El descubrimiento se habría producido en algún momento entre los años 820 y 830, nunca antes, como en algunos textos se pretende hacer creer, ya que en 818 la documentación demuestra que todavía no era obispo de Iria. Durante mucho tiempo se dudó de su existencia y, sobre todo, de su papel en el descubrimiento. Pero todo cambió cuando en 1955 se descubrió su lauda sepulcral en el subsuelo de la catedral. Su inscripción no deja lugar a dudas. Lo sitúa como obispo de Iria y señala el año 847 como el de su muerte. El hecho de que Teodomiro se hiciese enterrar en el locus sancti Iacobi, en la naciente Compostela, en vez de hacerlo en la sede episcopal iriense lleva a pensar que tuvo que tener razones muy poderosas para ello.

Lo que no nos dejó Teodomiro es la menor pista sobre los motivos que le llevaron a confirmar aquel sepulcro como perteneciente al apóstol Santiago el Mayor. Los hechos podrían ser el resultado de ciertas tradiciones que, por motivos desconocidos, vinculaban ya antes del siglo IX a Santiago con el acosado reino cristiano asturiano, al que pertenecía Galicia. Para Cebrián Franco, al margen de las narraciones alegóricas del hecho, Teodomiro “sabía lo que buscaba por noticias existentes en la tradición de su Iglesia”. Desde al menos finales del siglo VI o inicios del VII había noticias por escrito -Breviarium Apostolorum, Beda el Venerable, etc.-, sin duda conocidas por el clero astur-galaico, de una posible relación de Santiago con las tierras occidentales peninsulares.

Teodomiro no sólo certifica con su autoridad el hallazgo, sino que habría logrado que el lugar fuese visitado por el rey Alfonso II el Casto, desplazado desde Oviedo, la capital del reino. Y es el propio monarca el que decide crear la primera iglesia apostólica y una serie de modestas construcciones complementarias que fueron la base del futuro santuario. Entre estos edificios previsiblemente se encontraba uno destinado a residencia episcopal, lo que confirmaría la decidida e inusual apuesta de Teodomiro por el nuevo lugar santo y aludiría a su intención de establecerse allí. Su ejemplo fue seguido por sus sucesores, aunque oficialmente la sede se mantuvo en Iria hasta 1095, cuando se fijó de forma exclusiva en Compostela.

Como descubridor del supuesto sepulcro apostólico, la figura de Teodomiro es quizás la más decisiva de la tradición jacobea. El suyo fue el paso primero y esencial. Sin embargo, no fueron pocos los que habían dudado seriamente de su existencia, hasta que en las excavaciones realizadas en el subsuelo de la catedral compostelana en los años cuarenta-cincuenta del pasado siglo se descubrió (1955) su lauda sepulcral de granito. Se muestra a los fieles en la catedral con una placa que así lo recuerda. Según la inscripción de la lauda, Teodomiro murió el 20 de octubre del año 847. El hallazgo fue un gran espaldarazo a la veracidad histórica del descubrimiento, al despejar las dudas sobre la existencia de este obispo y revelar que se había enterrado en Compostela. [MR]


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