Ilustre historiador medievalista español de reconocido prestigio internacional (1908-1994). Es uno de los primeros grandes estudiosos del Camino de Santiago y coautor de la obra referencia jacobea en España durante el siglo XX: el clásico, compartido con Lacarra y Uría, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, de 1948-1949.
Nació en Madrid en 1908, en el seno de una familia luguesa y mantuvo estrecho contacto con Galicia durante toda su vida. Con tan solo diecinueve años se licenció en Filosofía y Letras con Premio Extraordinario. Desde 1925, como discípulo de Claudio Sánchez Albornoz, se vincula al Centro de Estudios Históricos, donde colaborará activamente con el maestro. Es entonces cuando comienza su actividad como escritor e investigador. En 1930 ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos con destino en el Museo Arqueológico, en el que ejerció de bibliotecario, secretario, vicedirector y director hasta 1967. Ese año pidió el traslado a la Biblioteca Nacional, donde desempeñó el puesto de jefe de la Sección de Manuscritos hasta su jubilación en 1978. Vinculado al CSIC desde su fundación en 1940, fue secretario y director de la Biblioteca del Instituto Jerónimo Zurita y vicedirector de la Escuela de Estudios Medievales.
Además, ocupó los cargos de consejero del Patronato Menéndez Pelayo y secretario de la Comisión de Latín Medieval. Fue el representante español de la Unión Académica Internacional y de la Comisión Internacional para el Repertorium Fontium Historiae Medii Aevi. Dirigió las publicaciones de textos documentales que realizaba la Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma y también participó en excavaciones en Navarra y en Azuqueta, Guadalajara. En 1973 ingresó en la Real Academia de la Historia. Por su trayectoria como historiador recibió numerosos reconocimientos. También fue homenajeado en 1993 en el acto de clausura del Congreso Internacional Cluny y el Camino de Santiago en los siglos XI-XII.
A lo largo de su trayectoria publicó más de un centenar de obras, muchas de ellas de gran relevancia para el estudio de la historia medieval. Sus trabajos se orientan en tres direcciones: Historia Medieval, Filología Latina Medieval y Arqueología, sin olvidar sus numerosas publicaciones e interés por la Iconología.
Por lo que respecta a su obra magna, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, es el autor de gran parte de los capítulos del volumen primero, en el que se aborda la historia general del Camino y las peregrinaciones. De su pluma salieron los apartados referentes al descubrimiento de las reliquias de Santiago, el inicio del culto y peregrinación a Compostela y la decadencia de esta a partir del siglo XVI. Además elabora una relación pionera de los peregrinos ilustres y singulares y de las modalidades de peregrinación. Las páginas sobre el Códice Calixtino, los relatos e itinerarios de viajeros y las cofradías también se le deben a él. Por último, realiza los estudios sobre literatura, arte e iconografía de Santiago.
Otros de sus trabajos relacionados con el mundo jacobeo son Aymeric Picaud y Navarra, El Liber Sancti Iacobi y el Códice Calixtino (1947), El Rey San Fernando en Compostela (1952) y Algunos aspectos de la influencia de la peregrinación compostelana en la iconografía artística (1965), un estudio sobre el origen y causa de las formas exteriores adoptadas por la figura de Santiago en la iconografía compostelana, similar a la que caracteriza a los peregrinos que le visitan. También en 1965 publicó El Camino de Santiago, un breve estudio monográfico dividido en seis capítulos: ¿Qué es el Camino de Santiago?, Itinerarios españoles, El peregrino jacobita, El Códice Calixtino, Un medio de relación cultural y Breve itinerario del Camino de Santiago.
De Parga es de los peregrinos más relevantes que recorrieron el Camino en el siglo XX, cuyo valor aumenta al tener en cuenta que realizó este viaje en un momento en el que la peregrinación pasaba, quizá, por la etapa más crítica de su historia.
Realizó la Ruta Jacobea a pie, junto a los también historiadores José María Lacarra y Pepe Giner. Partieron desde Roncesvalles y siguieron el itinerario francés, “tratando de seguir en lo posible la misma ruta de los peregrinos medievales que entraban en España por Roncesvalles”, descrita en el Códice Calixtino.
Él “era el fotógrafo de la expedición”, según reconoció en un discurso. Llevaba una máquina diminuta con la que sacó varias de las imágenes que están reproducidas en el tomo tercero del libro Las peregrinaciones a Santiago de Compostela. Su viaje duró algo menos de un mes, incluidos los días de descanso en las ciudades de Pamplona, Burgos y León, pues llegó a hacer jornadas de 40 km. [XIV]
V. peregrinaciones a Santiago de Compostela, Las