Sirviente y secretario de nobles y prelados (Melfi, Italia 1714-?). Peregrina a Santiago en 1743 y 1745. Este animoso italiano, natural de la ciudad de Melfi, a unos 100 km al sudoeste de Nápoles, es autor del más amplio y revelador relato de la literatura odepórica jacobea del siglo XVIII conocido hasta ahora. Se trata de la Veridica istoria o´sia Viaggio da Napoli à San Giacomo di Galicia -Viaje de Nápoles a Santiago de Galicia- un manuscrito, en el que Albani, mitad devoto y sincero peregrino, mitad aventurero y pícaro necesitado, narra su experiencia peregrinatoria y vital, camino de Santiago, por Italia, Francia, España y Portugal. Albani parte de Nápoles a principios de junio del año 1743, pasa por Roma, donde obtiene del Vaticano un pasaporte para su peregrinación, y llega a Santiago en noviembre de ese año, tras detenerse, de camino, en numerosas ciudades y santuarios italianos, franceses y españoles. Desde Compostela, continúa su viaje por el Camino Portugués hacia Lisboa. Vuelve desde esta ciudad a la urbe santiaguesa en enero de 1745 para ganar el jubileo -fue año santo- regresando unos días después a la capital portuguesa desde cuyo puerto embarcará para Italia a finales de junio. El manuscrito de Albani, dividido en dos tomos, tiene más de 600 páginas y se completa con varias ilustraciones alusivas al viaje. Escrito con sencillez y gran sentido práctico, resulta imprescindible para entender la continuidad de la peregrinación jacobea en el siglo XVIII, a pesar de su prolongada crisis, surgida con la expansión europea de la Reforma protestante, entre otros poderosos condicionantes a los que el italiano es ajeno. Destaca la detallada y emocionada narración que realiza de Santiago durante su primera estancia (1743), resaltando la notable afluencia de devotos de distintas nacionalidades que descubre en la ciudad y la descripción de la catedral y de su ritual de peregrinos. Más allá de la fecha de su nacimiento en Melfi, entonces Reino de Nápoles, no se conocen más datos de Albani que los que él mismo incluye en el manuscrito. Explica su trabajo para varios relevantes señores italianos y como, estando al servicio del arzobispo de Capua, conoce a dos peregrinos toscanos que acababan de volver de Santiago. Lo que le narran entusiasma al joven Nicola, de 28 años.
“Soltero, sin pasión ni carga ninguna, y gustando mucho de andar por el mundo, decidí hacer también yo el mismo viaje”, cuenta en su relato. Y va explicando paso a paso su experiencia, dejándose llevar más por sus deseos de ver mundo que por la búsqueda del camino más rápido para llegar a Santiago. Una vez en España, tras entrar en la Península por Figueres, Cataluña, seguirá el Camino Francés desde Sahagún, León.
Paolo Caucci von Saucken, el principal experto jacobeo italiano, ha destacado el carácter desenvuelto de este italiano que, sin olvidar los intereses de su alma, ilustra el sentir de un tipo de peregrino propio del siglo XVIII: “al pie del Albani devoto y curioso, surge el Albani desenvuelto, que intenta sacar provecho de su condición, que recurre con desparpajo a los pequeños subterfugios de la que llama politica peregrinesca, que acredita un estatus que no tiene, que se vanagloria de títulos y amistades, que es servicial y aprovechador”.
Esta disposición de ánimo será esencial para su supervivencia. Como él mismo resume, sale de Nápoles hacia Compostela “en la estación más calurosa del año y en tiempo de peste y guerra”. No dejará de tener continuos problemas con los ejércitos, con el paso por bosques y montañas “terribles y solitarias”, con los temporales, con el hambre, la sed y el mal dormir. Pasará más noches en el campo que a cubierto. Y concluye: “fue siempre un viaje de gran padecimiento y lleno de desgracias, que tendría que haber muerto en mil lugares”. Pero gracias a la protección del que califica como su “glorioso Santiago”, llegó sano y salvo.
Albani resuelve sus necesidades básicas pidiendo limosna, como muchos jacobitas de su tiempo. Considera, quizá siguiendo la tradición medieval, que la caridad debe ser el principal sustento del peregrino. Al mismo tiempo, deja escapar unas formas aristocráticas e ilustradas con las que se da a respetar. Esta doble interpretación acabará reportándole sustanciosos ahorros que -cosas del destino- perderá durante la vuelta a Italia, cuando el barco que lo lleva hacia Génova sufre el ataque de unos ingleses que le roban todo.
El manuscrito del viaje de Albani, descubierto a principios de los años ochenta del siglo XX, se publicó por primera vez de manera íntegra en 1993, en italiano y español. También está traducido al gallego (2007). El original se custodia en el Fondo Caucci del Centro Italiano de Estudios Compostelanos de la Universidad de Perugia -Italia-. [MR]