Lucerna Ventosa
Término de origen mítico utilizado en la Historia de Turpín, libro IV del Codex Calixtinus (s. XII), para designar a la única ciudad que el emperador Carlomagno, tras abrir el camino al sepulcro de Santiago, no puede conquistar en España en un primer momento. Sólo lo conseguirá tras cuatro meses de asedio y después de elevar sus preces a Dios. Tras lograrlo, la maldijo para que permaneciese desde ese día sin habitantes, surgiendo un estanque que anegó su centro. La Historia de Turpín sitúa Lucerna Ventosa en un lugar indeterminado de la geografía española que denomina Valverde. Por el contexto se entiende que está en algún punto del noroeste peninsular.
El autor o autores del texto, posiblemente de origen francés, habrían tomado el término de la mítica ciudad de Luiserne de las gestas galas, que se hunde y anega milagrosamente para ser conquistada, en una acción de remotos orígenes bíblicos. Abelardo Moralejo, sin descartar las tradiciones locales, cree que también podría estar vinculado con la ciudad suiza de Lucerna, situada al pie de un lago y con leyendas propias de ciudades sumergidas, contadas por los peregrinos de esa procedencia a través de la Ruta Jacobea.
Tres han sido las localizaciones que se han dado para esta mítica ciudad del Calixtinus, todas ellas situadas en las inmediaciones o al pie del Camino de Santiago. Se trata de San Martín de Castañeda (Zamora), donde se vincula a la leyenda de la ciudad sumergida de Villaverde de Lucerna, castigada por su falta de hospitalidad con un peregrino que resultó ser Jesús; Carucedo (León), inundada por sus habitantes para que no pudiese conquistarla Carlomagno, y el castro de La Ventosa, en Cacabelos (León), en el que se asentó la desaparecida ciudad de Bergidium, cuyo nombre daría lugar al topónimo del Bierzo. Estas tres localizaciones están situadas respectivamente en los caminos Sanabrés o del Sudeste, Invierno y Francés.
José María Anguita Jaén considera que el emplazamiento de La Ventosa es al que se refiere el Codex Calixtinus, tanto por el topónimo, que ha sobrevivido hasta el presente, como por el hecho de mostrar todavía en el siglo XII, momento de redacción del texto, sus, seguramente, notables ruinas. Sin embargo, la tradición del lago o estanque que surge sobre la urbe enlaza mejor con las leyendas de Carucedo y San Martín de Castañeda, situadas respectivamente en las orillas de los lagos de Carucedo y Sanabria. En la Costa da Morte (Galicia), en el entorno del Camino de Fisterra-Muxía, se narra la leyenda de las ciudades sumergidas de Duio y Valverde. [MR]