XacopediaSanto Domingo de la Calzada

Población de 6.700 habitantes (639 m) en el Camino Francés a su paso por La Rioja. A 561 km de Santiago. Además de ser la meta de la novena etapa del Camino Francés, esta localidad supone el final del Camino Vasco del Interior, el trazado que comienza en Irún y llega hasta aquí para unirse a la principal ruta de peregrinación jacobea.

La población la fundó en 1044 el santo que lleva su mismo nombre y que fue uno de los grandes benefactores del Camino. Nacido en un pueblo de Burgos, el joven Domingo fue rechazado en varios monasterios, lo que le llevó a convertirse en ermitaño en el deshabitado valle del Oja, cerca del Camino Francés. Así conoció las penalidades de los peregrinos y decidió ayudarlos rectificando la vieja calzada a Santiago y dotándola de un puente sobre el río, en cuyas orillas levantó un hospital y un templo para el socorro material y espiritual de los peregrinos. Alfonso VI conoció y protegió al santo, que pudo erigir la iglesia en la que sería enterrado y en torno a la cual se levantaría el burgo de Santo Domingo, que quedó para siempre ligado al Camino. Tanto es así que la ciudad consiguió el título de “la Compostela riojana”.

El santo continuó, después de su muerte, bendiciendo el burgo con portentosos milagros como el de la gallina que cantó después de asada mencionado, en otra versión, en el Codex Calixtinus. La más propia de esta localidad señala que el Apóstol salvó la vida de un peregrino injustamente ahorcado sujetándolo por los pies. Al ser informado del milagro, el encargado de la ley, incrédulo, respondió a punto de comerse un gallo y una gallina asados que el ajusticiado estaba tan vivo como las aves de su plato, que al instante comenzaron a revolotear. En recuerdo de tal proeza la catedral local cuenta con un gallinero del siglo XV en el que siempre hay un gallo y una gallina blancos.

El principal templo de la ciudad fue levantado en el año 1158, con el fin de cobijar los restos del santo. Desde el punto de vista arquitectónico destaca su estructura, con una cabecera con deambulatorio que circunda el presbiterio y tres capillas absidiales de las que original solo se conserva la central. En el interior merecen especial atención el coro, la capilla funeraria de la Magdalena y el retablo mayor, pieza renacentista de Damián Forment (s. XVI), donde se representan escenas de la vida de Jesucristo y de diversos santos y apóstoles.

En la plaza de la catedral se encontraba en su día el hospital de peregrinos levantado por el eremita Domingo en la segunda mitad del siglo XI. Para su realización necesitó gran cantidad de madera que pidió a los vecinos de Ayuela. Se negaron, autorizándole a que cortara todo lo que pudiera con la hoz que llevaba colgada en su cinturón y se hizo el milagro: a cada golpe de hoz caía un árbol. Buena prueba de la importancia que llegó a tener es la cifra de acogidos diarios en el hospital, que llegó a ser de doscientos. En el siglo XIV el Cabildo de Santo Domingo debía limpiar dos veces al año los muros del hollín por los humos de las candelas traídas por los romeros.

Este hecho originaba grandes gastos que se financiaban con limosnas particulares -hay constancia de ellas desde 1120- para “sustentar a los que sirven a Dios en la iglesia y en el hospital del beatísimo Santo Domingo” y donaciones reales. Alfonso el Batallador y Alfonso VII de Castilla entregaron algunas heredades “para sustento de pobres y peregrinos”. En 1250 Fernando III eximió al hospital del pago de tributos y en 1484 los Reyes Católicos le concedieron cuarenta maravedíes anuales sobre las alcabalas. Además varios obispos de Europa daban indulgencias a los que ayudasen a reedificar y sostener la iglesia y el hospital de Santo Domingo, lo que permitió emprender su restauración en el siglo XV.

Parece probado que en vida del santo había ya una asociación dedicada a servir las necesidades de este hospital y de sus usuarios y que estaría integrada tanto por hombres como por mujeres, religiosos o seglares. La cofradía llegó hasta nuestros días con una tradición hospitalaria de más de nueve siglos de antigüedad. También el hospital permanece en activo aunque en otro emplazamiento, ya que la desamortización obligó a cambiar el uso del viejo edificio, que en la actualidad funciona como parador de turismo.

Así, en el año 1840 el hospital de pobres y peregrinos pasó al convento de San Francisco, concretamente al llamado hospital del Santo que las Hijas de la Caridad tenían en estas dependencias. Aquí permanece, compartiendo espacio con un taller de restauración de obras de arte y dependencias del parador. Y junto al convento, para dejar constancia de su relevancia jacobea, está el monumento al peregrino, del escultor riojano Vicente Ochoa. En la afueras del pueblo se emplaza la ermita de la Virgen de las Abejas, a la que acuden en romería cada martes de Pentecostés el Patronato del Hospital del Santo, junto con la Cofradía de San Isidro.

Uno de los actuales hospedajes de la ciudad se encuentra en la casa del capellán del monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación, un edificio clasicista fundado en 1610 por el obispo de Calahorra y La Calzada, Pedro Manso de Zúñiga, para acoger a las monjas cistercienses del real monasterio de Abia de las Torres, en Palencia, que fueron trasladadas a esta ciudad por orden suya. El obispo y dos sobrinos suyos (también prelados) están enterrados en la iglesia.

El otro albergue, situado en la misma calle Mayor, es el de la casa del Santo, propiedad de la cofradía del mismo nombre, que tiene aquí su sede. En su fachada figuran los escudos del corregidor de la ciudad, Diego de Ocio y Vallejo, y de su esposa, quienes la mandaron edificar hacia 1556. Es albergue de peregrinos desde 1968 y cuenta con museo y con un criadero de gallos y gallinas blancos de donde salen los que se pueden ver en la catedral.

Por si todo esto no fuese suficiente para acreditar la importancia que la Ruta ha tenido en esta ciudad, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un Centro de Interpretación del Camino de Santiago, situado también en la calle Mayor, para difundir la cultura jacobea desde un punto de vista educativo y festivo. Los peregrinos pueden acceder gratis mostrando su credencial (2009).

Entre los edificios civiles con trascendencia jacobea destacan también la casa del Corregidor, por ser donde tuvo lugar un célebre milagro que acabó incorporando el gallo y la gallina al escudo de la ciudad, y la casa de los Ocio. Este edificio, construido hacia 1652 por Juan José Esteban de Ocio y Mendoza, Caballero de Santiago, tiene en la primera planta el escudo de los Ocio sobre una cruz de Santiago. Actualmente, es la sede del instituto de educación secundaria Camino de Santiago.

Mención especial merece el puente construido por Santo Domingo a mediados del siglo XI para el paso de los peregrinos y que ha sido escenario de varios milagros, como el que se recuerda cada 11 de mayo con la procesión de la Rueda: “Un peregrino que dormía a la entrada del puente es atropellado por un carro cargado de piedras que era arrastrado por un par de novillos que se habían descarriado. El santo intervino para devolverle la vida”. El puente original, de madera, fue sustituido en la Edad Media por otro de piedra al que le realizaron numerosas restauraciones -en 1483 Isabel la Católica concedió franquicias a quienes contribuyesen a su reparación-. El enorme esfuerzo que supuso una construcción de estas características en el siglo XI, lo ha dotado de tal valor simbólico que su constructor fue nombrado patrón de los ingenieros de caminos, canales y puertos.

Tras muchas reparaciones, en el siglo XVI se construyó un nuevo viaducto según trazas de Juan de Herrera. El actual mide 148 metros y tiene 16 arcos. [TRI]

V. Domingo de la Calzada, Santo / gallo y la gallina, milagro del


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