Ruta Jacobea que parte de los Pirineos, en la frontera franco española, y culmina en Puente la Reina, donde se encuentra con el Camino Aragonés. Discurre a través de la comunidad foral de Navarra en sentido este-oeste. Tiene una longitud aproximada de 90 km. Está integrado en el Camino Francés.
Se trata de una ruta muy transitada por los peregrinos ya desde antaño, especialmente por los de origen francés. La situación limítrofe de Navarra con Francia la convierte en una puerta con la Europa de las peregrinaciones. A través de Valcarlos o Cize, los caminantes procedentes de rutas jacobeas europeas se introducen en la península tras haberse unido en una única vía poco antes de la localidad francesa de Saint-Jean-Pied-de-Port. No obstante, existe la alternativa de entrar por el puerto de Somport, siguiendo el Camino de Aragón, que también se considera integrado en el Camino Francés. Estos dos posibles itinerarios se unen en la villa de Puente la Reina, de manera que el Camino Francés se convierte en una sola vía que conduce a Compostela.
El Camino comienza en el noroeste del Pirineo, en la localidad vasco-francesa de Sant-Jean-Pied-de-Port, y se dirige a Roncesvalles por una doble vía, a través de la localidad de Valcarlos o por la histórica ruta de los puertos de Cize, entre Francia y España. Ambas alternativas se han convertido en punto de inicio para miles de peregrinos jacobeos y un lugar de paso indispensable. En Roncesvalles se celebra diariamente la Misa del Peregrino, en cuyo final se bendice a los que van a emprender la Ruta compostelana.
Tras dejar Roncesvalles, el Camino se va alejando de la zona pirenaica en lento descenso hacia Pamplona. Buena parte de este trayecto está flanqueado por frondosa vegetación de bosque, que se interrumpe al atravesar pueblos-calle como Burguete y Espinal, además de Zubiri, Larrasoaña y Trinidad de Arre.
Pamplona es la localidad de mayores dimensiones y oferta de servicios del Camino Navarro. Su origen está estrechamente vinculado con el paso de peregrinaciones jacobeas: durante la Edad Media aglutinó a la población que se establecía a través del Camino y se formaron tres barrios o burgos que se unieron en el siglo XV bajo el mandato del rey navarro Carlos III, dando lugar a la antigua Pamplona. La ciudad contaba con un hospital para los peregrinos y demás necesitados, que en la actualidad funciona como museo. El recorrido del Camino a través de la parte histórica de la ciudad comienza al atravesar las murallas por el portal de Francia y prosigue por el burgo de la Navarrería. Tras pasar por delante del Ayuntamiento, continua por las calles San Saturnino y Mayor y los parques de La Taconera y la Vuelta del Castillo, donde toma la salida de la localidad. Sin embargo, la visita a Pamplona quedaría incompleta si se limita al trazado jacobeo, ya que oferta un nutrido patrimonio histórico del que sobresalen la catedral, el Museo de Navarra y la iglesia de San Nicolás.
La localidad de Cizur Menor, el alto del Perdón -magnífico mirador desde el que se pueden divisar Pamplona y los Pirineos- y Obanos anteceden a Puente la Reina, un pueblo que se ha convertido en un hito dentro de la Ruta por ser donde confluyen las vías Aragonesa y Navarra, que traen a miles de personas hacia una misma línea del Camino Francés. Unificados, discurren bajo el arco de la iglesia del Crucifijo y por la calle Mayor hasta el bello puente románico de seis ojos, construido sobre el río Agra por la reina Doña Mayor para servicio de los peregrinos. De aquí en adelante, faltan 684 km para Santiago de Compostela.
Algunos autores sostienen que, antiguamente, los caminos se unirían en la vecina localidad de Obanos -apenas 2 km antes-, un enclave de palacetes y callejas en la que se reunió en 1327 la pequeña y mediana nobleza para frenar los abusos de la Corona y establecer un poder alternativo.
La Ruta Francesa trajo en la Edad Media un flujo constante de artesanos y artistas que exportaron la vanguardia europea y dejaron su impronta a lo largo de ella. Uno de los lugares en que se aprecia es Roncesvalles, un magnífico conjunto monumental que ha sido desde la Edad Media lugar de descanso tras el paso de los Pirineos, ya que contaba con uno de los más ricos y desprendidos hospitales de la Ruta Jacobea. Una de sus construcciones más relevantes es la capilla del Sancti Spiritus, que se considera la más antigua del lugar, pues se remonta al siglo XIII. En ella se enterró a peregrinos durante siglos. A su lado se encuentra la capilla gótica de Santiago o de los Peregrinos, en la que diariamente se celebra la Misa del Peregrino para bendecir a los caminantes. Pero, sin duda, el monumento más emblemático es la real colegiata de Santa María. Se trata de un templo gótico (s. XIII) con influencia francesa, una de las primeras construcciones de este estilo en la península.
Otros lugares del Camino que contaron con centro asistencial para caminantes fueron Larrasoaña -pueblo beneficiado por los reyes por atraer a artesanos y pobladores extranjeros- y Trinidad de Arre, cuyo hospital se cree que estuvo en funcionamiento en los siglos XI y XII, aunque los primeros testimonios escritos datan del XVI. Arre destaca además por ser un hermoso lugar que junto con el puente sobre el río Ultzama (s. XIII) y el cercano batán de Villava, forma un destacado conjunto de arquitectura tradicional.
A la salida de la hermosa ciudad de Pamplona, se encuentra la barriada de Cizur Menor, donde hubo un hospital para peregrinos (s. XII) regentado por la Orden de San Juan de Navarra. En la actualidad, los monjes de esta orden poseen un albergue situado en la iglesia sanjuanista. En el alto del Perdón se encontraban antaño la iglesia y el hospital de Nuestra Señora del Perdón o Astrain, de los que no se conservan restos. En el año 1996, la Asociación de Amigos del Camino de Navarra levantó en esta cima un monumento al peregrino silueteado en hierro que se ha convertido en un conocido emblema de la ruta francesa.
La última localidad de este trazado, Puente la Reina, es también un lugar de destacable factura. Conserva la típica estructura de pueblo caminero alrededor de su calle Mayor. En su inicio se alzan el antiguo hospital de peregrinos y la iglesia del Crucifijo, fundación templaria que conserva un Cristo con forma de pata de oca que fue donado hace siglos por un peregrino germano. En mitad de la vía se levanta la iglesia de Santiago, de origen románico, que muestra una magnífica portada del siglo XII. En su interior guarda la famosa talla gótica de Santiago Beltza [negro, en euskera]. Por fin, tras la iglesia de San Pedro, se eleva el puente que da nombre a la localidad. Fue mandado construir posiblemente por la reina Mayor, esposa de Sancho III de Navarra, en el siglo XI.
Según los datos que maneja la Delegación Diocesana de Peregrinaciones de Santiago de Compostela, Roncesvalles es el tercer punto de origen más concurrido del Camino de Santiago por el número de compostelas entregadas, sólo superado por Sarria, en primer lugar; Saint-Jean-Pied-de-Port es el segundo. En el año 2006, el 9,2% [9.301] del total de peregrinos partieron de Ronces-valles; en el 2007, el 7,9% [9.001], y en el 2008 el 7,3% [9.172]. Algunos caminantes también salen desde Valcarlos, aunque en cantidades muy reducidas. A los viajeros que parten de estas poblaciones navarras se suman muchos de los que vienen en camino desde Francia.
En consecuencia, el Camino Navarro es una de las rutas jacobeas de mayor tránsito, lo que propicia que se encuentre en buen estado de conservación y cuente con una perfecta señalización. Por lo que respecta a los centros asistenciales para peregrinos, en este tramo abundan los albergues privados de pago -Zubiri, Cizur Menor, Uterga y Puente la Reina-. También los hay públicos, como los de Zubiri, Larrasoaña, Obanos y Puente la Reina. El principal lugar de acogida es Roncesvalles. [XIV]