Personaje relacionado con la vida de Jesús al que la Iglesia católica identifica como uno de los apóstoles de Cristo. Es la Biblia, a través del Nuevo Testamento, la que cita de pasada, en el Evangelio de Marcos, a un tal Santiago el Menor como hijo de una de las mujeres que contemplan la agonía de Jesús. Ni antes ni después se vuelve a mencionar otro Santiago con tal sobrenombre. Ante esto, su identificación ha resultado compleja y no resuelta del todo. Casi nunca se mantuvo que tuviese una identidad propia. Se acostumbra a identificarlo con los personajes citados en el Nuevo Testamento como “Santiago el de Alfeo”, Santiago el hermano del Señor o con ambos.
La iglesia oriental defendió desde antiguo que los Santiago Menor y Alfeo -este citado en los Evangelios como apóstol- fueron una misma persona, en tanto que el hermano del Señor sería el que aparece en los textos bíblicos con un gran protagonismo en el periodo que siguió a la muerte y Resurrección de Cristo y que posteriormente también se conoció como el Justo. La Iglesia romana intentó dar carpetazo a la cuestión en el Concilio de Trento (s. XVI) resolviendo que los tres eran un único ser: uno de los doce apóstoles de Jesús, el citado en las listas evangélicas como “Santiago el de Alfeo”.
Esto no evitó que el debate siguiera y siga abierto. Distintos exégetas sostienen que la personalidad de Santiago el Menor coincidiría con la del hermano del Señor, calificativo con el que los pueblos semitas se referían también a los primos y otros parientes, pero no con la de Santiago Alfeo. Defienden, por lo tanto, la existencia de tres Santiagos distintos en el Nuevo Testamento: Santiago Zebedeo (conocido posteriormente como el Mayor) y Santiago Alfeo, ambos elegidos por Jesús entre los doce apóstoles, y Santiago el Menor, que sería la misma persona que el citado como “el hermano del Señor”. Para complicar más las cosas, ciertos sectores eclesiásticos siguen manteniendo la teoría de que Santiago el Menor sería la misma persona que el apóstol Alfeo, en tanto que el hermano del Señor tendría otra identidad.
No se han producido casos de unificación de las identidades de Santiago Zebedeo y Santiago el Menor, en contra de lo que sucede con este último en relación con los Santiagos Alfeo y el hermano del Señor. Esto es así siempre y cuando no tengamos en cuenta la teoría mantenida por la Iglesia católica y muchos estudiosos que defiende una misma personalidad para el Alfeo, el Menor y el hermano del Señor.
Como es sabido, en algún momento de la Edad Media la Iglesia compostelana atribuyó a Santiago el Mayor pasajes propios de Santiago el hermano del Señor. Se observa en el Codex Calixtintus (s. XII). Pero aquí estamos intentando perfilar la escueta referencia bíblica a “Santiago el Menor”. En este sentido, resulta curioso que el Nuevo Testamento se refiera a un “Santiago el Menor” sin oponerlo a otro “Mayor”, que no llega a citar. Sólo en textos cristianos posteriores a la compilación bíblica se empezará a mencionar a Santiago Zebedeo como “el Mayor” para diferenciarlo del “Menor” bíblico identificado, como hemos visto, ya con el Alfeo, ya con Santiago el hermano del Señor, ya con ambos. El sentido de esta diferenciación se resolverá en la dirección expuesta por el obispo italiano Jacobo de Varazze, en la Legenda aurea (s. XIII). Considera que el epíteto de “el Menor” se debe a que ingresó después que “el Mayor” en el grupo de los apóstoles.
La Iglesia ha defendido la referencia bíblica al “Menor” en el tal sentido, ya que finalmente su papel en los orígenes cristianos fue más relevante que la del apóstol enterrado en Compostela, siempre y cuando nos atengamos a las teorías predominantes en Occidente que lo identifican como Santiago el hermano del Señor. En alguna ocasión se apeló a este discípulo como Santiago el Joven basándose en una casi siempre rechazada distinción por motivos de edad. También se ha especulado con la posibilidad de que estos dos Santiagos fuesen primos.
La cabeza del Santiago el Menor//// Hay en el ámbito compostelano medieval, sin embargo, un claro y famoso ejemplo de interferencia entre Santiago el Mayor y Santiago el Menor. En el contexto del desmesurado culto y prestigio de las reliquias de santos en el medievo, el obispo de Coimbra -y antes de Braga-, Mauricio Burdino, deseoso de debilitar la cada vez más consolidada influencia de la Iglesia compostelana, peregrina a Tierra Santa hacia el año 1105 y al volver -posiblemente en 1109- asegura que trae con él la cabeza de Santiago el Mayor. Trataría así de poner en entredicho la identidad de la gran reliquia apostólica compostelana que, según la tradición, había llegado íntegra a Galicia. Ante la inseguridad en su camino de vuelta, deposita temporalmente la cabeza en el monasterio de San Zoilo, en Carrión de los Condes, donde acaba cayendo en manos de la reina castellana Urraca. Esta se la entrega a Gelmírez con el ánimo de reconciliarse con él tras los duros enfrentamientos que habían vivido.
De esta forma, el cráneo finalizará su andadura en Compostela en 1116, donde es recibido de forma triunfal en el Monte do Gozo, procedente de León. Fue utilizado por el obispo Diego Gelmírez como un éxito más de su labor a favor del santuario, sin poner en duda su atribución a Santiago el Mayor.
Sin embargo, el objetivo preferente de la Iglesia compostelana de preservar sin fallo la tradición del traslado íntegro del cuerpo de Santiago el Mayor a España pudo ser el motivo que posteriormente llevó a que esta pasase a atribuir la reliquia ósea a Santiago el Menor o Alfeo, basándose en las teo-rías que consideraban una misma persona estos dos nombres bíblicos y el Santiago hermano del Señor. Siguiendo el Nuevo Testamento y textos posteriores, este Santiago había sufrido martirio en Jerusalén y allí había sido enterrado, lo que haría verosímil que esta reliquia procediera de Tierra Santa y correspondiese a un apóstol con ese nombre, al tiempo que salvaba la integridad previa del cuerpo de Santiago Zebedeo en Compostela.
Actualmente la reliquia de Santiago el Menor es, tras la del propio Santiago el Mayor, la más famosa de la catedral compostelana. Se conserva expuesta en la capilla de las Reliquias en un busto-relicario de 1322 no menos famoso, realizado en plata sobredorada, con esmaltes y yemas, por orden del arzobispo compostelano de origen francés Berenguel de Landoira. Ante el hecho de que las reliquias de Santiago el Mayor eran inaccesibles desde los tiempos de Gelmírez, este prelado fomentó un culto alternativo a Santiago el Menor, incorporándolo a la procesión de cada 30 de diciembre con la que se conmemoraba y conmemora todavía el traslado de los restos de Santiago el Mayor a Galicia. Desde 1434 este busto-relicario luce en su cuello un collar de oro regalado por el caballero Suero de Quiñones, quien peregrinó a Compostela tras sus legendarias justas del Paso Honroso, en el puente leonés de Hospital de Órbigo (Camino Francés). El relicario adquirió su definitiva forma actual con la incorporación de una lujosa peana en el siglo XVII.
En cualquier caso, el largo descanso de esta reliquia en Compostela no acaba de encontrar sosiego, ya que la catedral de Ancona asegura disponer también de una cabeza de Santiago el Menor, conservada en su Museo Diocesano. [MR]
V. Burdino ó Burdin, Mauricio / Santiago Alfeo / Santiago el Justo