Comunidad autónoma española por la que discurren tres itinerarios jacobeos: el Camino Francés, el Camino Vasco del Interior y el Camino del Ebro. Es un territorio clave en el proceso histórico del camino, incluso antes de la existencia física de la ruta.
La relación riojana con lo jacobeo comienza ya en el siglo IX. Con el ascenso del rey Alfonso II el Casto de Asturias, este habría procedido a la abolición del tributo de las cien doncellas. A la muerte del monarca, el emir del Califato de Córdoba, Abderramán II, aprovechó la debilidad del nuevo rey, Ramiro I, para intentar restaurar el antiguo privilegio. La negativa del soberano desembocó en una batalla cerca de Albeada. Las tropas cristianas tuvieron que replegarse hasta el collado de riojano de Clavijo ante el avance de los sarracenos, que configuraban un ejército mucho más numeroso. En sueños, el Apóstol se apareció ante el rey Ramiro, a quien le dijo: “Buen ánimo y ten valor, pues yo he de venir en tu ayuda y mañana, con el poder de Dios, vencerás a toda esa muchedumbre de enemigos por quienes te ves cercado […] y para que no haya lugar a duda, tanto vosotros como los sarracenos, me veréis sin cesar vestido de blanco, sobre un caballo blanco, llevando en la mano un estandarte blanco”. En efecto, Santiago apareció al día siguiente ayudando en la victoria de los cristianos.
La historia, básicamente legendaria, continúa relatando que tras el milagroso triunfo, Ramiro I instituye en la ciudad de Calahorra, el día 23 de mayo del año 844, el Voto de Santiago. La batalla ha sido representada en un sinfín de iglesias a lo largo de toda España.
Muchos historiadores dudan de la verdadera existencia de la batalla de Clavijo y señalan que fue realmente tras la batalla de Simancas (939) cuando se dejó definitivamente de pagar el tributo de las cien doncellas. En todo caso, la legendaria historia sitúa en primer plano y desde los primeros tiempos a La Rioja en el ámbito jacobeo.
Como recuerdo de este pasado, el escudo de Clavijo muestra una cruz de Santiago con una concha de vieira a cada lado. Se dice que tras la victoria, Ramiro I ordenó construir una iglesia en honor al Apóstol en esta localidad. Sin embargo, el actual templo de Santiago data del siglo XVIII. Sobre las ruinas del castillo de Clavijo, construido por los sarracenos en el siglo X, se alza una cruz de Santiago.
El trazado jacobeo más popular, tanto ahora como en la Edad Media, se adentra en la comunidad riojana por su capital, Logroño. Aymeric Picaud menciona la ciudad en el libro V del Codex Calixtinus (s. XII), que ya había sido visitada por Gotescalco, obispo peregrino de Le Puy-en-Velay en el año 950. Pocos años antes, en el 920, el rey navarro Sancho I desvió el itinerario por Logroño, recién arrebatada a los sarracenos. La ciudad se erige, asimismo, como punto de encuentro de los peregrinos que siguen el Camino del Ebro desde Cataluña, tras visitar en La Rioja las poblaciones de Alfaro, Rincón de Soto, Calahorra, Alcanadre y Agoncillo.
La siguiente localidad que recorre el Camino Francés es Navarrete, típico pueblo del Camino estructurado en torno a su calle Mayor. Tras pasar Ventosa, municipio que muchos peregrinos ni siquiera atraviesan, se asciende al alto de San Antón y al poyo de Roldán. Seguidamente, se llega a Nájera, antigua capital del Reino de Navarra, Azofra y Cañas, villa natal de Santo Domingo de Silos (1000-1073). Tras Ciriñuela se alcanza Santo Domingo de la Calzada, villa en la que culmina el Camino Vasco del Interior que parte de Irún. Fundado por el santo del mismo nombre en el año 1044, el municipio fue escenario de multitud de acontecimientos milagrosos. Por último, después de Grañón, el Camino abandona La Rioja y se dirige a Burgos. Restan 555 km para llegar a Compostela.
Ya a la entrada de Logroño está documentada la existencia de una de las más emblemáticas construcciones del Camino. Se trata del puente que, según algunos historiadores, construyeron Santo Domingo de la Calzada (1019-1109) y su discípulo, San Juan de Ortega (1080-1163), en el siglo XI. El actual paso fue inaugurado en el año 1884 y precisamente lleva el nombre de San Juan de Ortega. En el siglo XVI se construyó la iglesia de Santiago el Real sobre otros edificios anteriores. Una talla de Santiago peregrino y una imponente representación del matamoros del año 1737 decoran la fachada del templo (s. XVII). En su interior alberga otra efigie de Santiago peregrino del siglo XIV. La plaza de Santiago, contigua al santuario del mismo nombre, está formada por losas en las que se representa el juego de la Oca, que tanta significación adquiere para el trazado jacobeo. En un lateral se sitúa la fuente de los Peregrinos, en el emplazamiento de otra más antigua.
La siguiente localidad, Navarrete, conserva en su iglesia de la Asunción (s. XVI) un retablo con la talla del Apóstol peregrino. También aquí se ubican dos portadas emblemáticas para el Camino. Una de ellas, la de Santiago, daba entrada a la villa, mientras que la otra era el preludio del hospital de peregrinos de San Juan de Acre, fundado en 1185. La iglesia parroquial de Ventosa (s. XIV) está consagrada a uno de los santos del Camino, San Saturnino, obispo de Toulouse, mientras que en Azofra, el templo de Nuestra Señora de los Ángeles alberga en su retablo (s. XVII) representaciones de Santiago peregrino, San Roque, San Martín de Tours y María Magdalena, todos ellos advocaciones de la Ruta.
La emblemática villa de Santo Domingo de la Calzada destaca por su catedral, levantada por Santo Domingo y San Juan de Ortega, bajo las advocaciones de Santa María y San Salvador. Su construcción comienza en el año 1090 y en 1158 es considerada colegiata. Recibiría la dignidad de catedral en el año 1232. Está construida como una típica iglesia de peregrinación, con un deambulatorio situado tras el altar mayor. Alberga los restos de Santo Domingo, reconocidos en el Codex Calixtinus entre las reliquias que los peregrinos deben visitar de camino a Compostela.
Por otra parte, en el Camino del Ebro no se puede dejar de conocer la catedral de Santa María de Calahorra. Fue levantada en el lugar donde sufrieron su martirio los santos Emeterio y Celedonio, conserva un relieve del Apóstol y la decoración característica de las conchas de vieira y calabazas. En la capilla Mayor y en la de San Pedro se ubican sendas imágenes de Santiago peregrino. Otra iglesia, la de Santiago, custodia una representación del matamoros en su retablo mayor. Guillén de Castro asegura en Las Mocedades del Cid que, tras conquistar Calahorra, el Campeador peregrinó a Compostela.
El patrimonio inmaterial está representado por las numerosas leyendas que poblaban el Camino. Una de las más antiguas tiene como escenario el poyo de Roldán, cerro en el que ciertas leyendas sitúan la morada de Ferragut, gigante descendiente de Goliat. Distintas versiones de la historia aseguran que Roldán mató al gigante de un golpe en la frente con una piedra, mientras que en el Pseudo Turpín el caballero, el preferido de Carlomagno, vence a Ferragut clavándole un puñal en el ombligo, su único punto débil.
Otro mito, el del gallo y la gallina, fue ampliamente difundido a lo largo de todo el Camino. La salvación del ahorcado que protagoniza este milagro por intercesión del apóstol Santiago era particularmente popular en Alemania, donde en ocasiones se modificaba el lugar concreto del suceso. En España, se sitúa este hecho asombroso en la localidad de Santo Domingo de la Calzada. Para recordar la leyenda, el gallinero de la catedral de esta población siempre cuenta con un gallo y una gallina blancos. Precisamente este santo fue el protagonista de otros muchos milagros, como la curación de un francés poseído por los demonios.
La capital riojana acogió algunos de los más antiguos centros de asistencia al peregrino. El hospital de San Juan del Campillo o de San Juan de Ortega ya existía en 1192, mientras que en 1214 el convento de San Francisco proporcionaba ayuda a los caminantes. Otro de los primeros hospicios fue el de Rocamador, documentado en el año 1230. Durante el siglo XIII se fundan muchos otros centros de caridad en la ciudad, entre los que destacan los de San Blas y San Gil.
Famoso era el hospital de San Antón (s. XIV), situado en el cerro del mismo nombre, donde los frailes de la Orden de los Antonianos realizaban una popular práctica curativa del conocido como “fuego de San Antón”. La Orden del Temple también llegó a fundar un albergue en el alto durante la Baja Edad Media. En la vecina Nájera hubo numerosos hospitales y hospederías, el más importante fue el del monasterio de Santa María la Real, fundado en el siglo XI y reconstruido entre los siglos XV y XVI bajo el mandato del rey García. También hubo en esta localidad un hospital de San Lázaro, de Santiago o de la Cadena. En Cañas, los padres de doña Urraca López de Haro fundaron el monasterio de Santa María en 1170, del que su hija sería abadesa. La noble promovió la creación de un hospital en los aledaños del cenobio.
Con todo, uno de los centros de beneficencia más famosos fue el fundado por Santo Domingo de la Calzada en la villa que lleva su nombre, la que él mismo ayudó a levantar con la construcción del puente y el camino entre Nájera y Redecilla del Campo. Con el auspicio de Alfonso VI, la villa llegó a ser considerada la “Compostela riojana”.
También hubo hospitales para peregrinos en Navarrete, Ventosa, Azofra y Grañón.
El vino formó parte indispensable del acervo jacobeo desde los primeros tiempos de la peregrinación. Los monasterios elaboraban sus propios caldos, mientras que la hospitalidad de varios albergues del Camino ofrecía esta bebida a los caminantes.
La Rioja, tierra de vinos por excelencia, empezó a plantar sus primeros viñedos en torno al Camino de Santiago tras la Reconquista. Ya en el año 1102 el rey Sancho de Navarra había considerado la valía de los vinos riojanos, aunque el primer documento referido a la protección de esta bebida se haría esperar hasta el año 1650.
La Rioja cuenta desde el año 1986 con una Asociación de Amigos del Camino responsable de la administración de seis albergues situados en Logroño, Navarrete, Nájera, Azofra, Santo Domingo y Grañón. La labor hospitalaria se completa con una amplia red de albergues de carácter privado. Además, en Logroño tienen su sede la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago y la revista Peregrino. Por su parte, el Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada ha puesto en marcha la creación de un Centro de Interpretación del Camino de Santiago, con sede en la calle Mayor. Entre los años 2006 y 2009 obtuvieron la compostela un total de 1.650 riojanos. [SOB]