Localidad de 3.000 habitantes (9 m) en el Camino Portugués, en la provincia gallega de A Coruña. A 22 km de Santiago. Es el primer gran teatro de la tradición jacobea. Esta comienza hacia el año 40 d.C., con la predicación del apóstol Santiago en el cercano monte Santiaguiño y continúa poco después con la llegada de su cuerpo al puerto de Iria Flavia -situado en la actual villa de Padrón-, tras ser martirizado en Jerusalén.
Según la tradición, los discípulos del Apóstol, guiados por una estrella, trasladan sus restos mortales, hacia el año 44, desde el puerto palestino de Jaffa hasta Padrón, donde amarran la pequeña barca de piedra al legendario Pedrón, que daría nombre a la villa. Sus restos fueron apoyados en una piedra que milagrosamente se reblandeció y se adaptó a su anatomía. Posteriormente fue trasladado al monte Libredón en Compostela, donde fue enterrado.
Padrón comenzó a tener entidad en el siglo IX, coincidiendo con el principio de la decadencia de la vecina Iria Flavia, propiciado por el traslado, en 1095, de la sede episcopal existente en esta, a Santiago. Durante el resto de la Edad Media se produjo la consolidación del burgo de Padrón. El arzobispo compostelano Diego Gelmírez construyó, en el siglo XII, una iglesia justo en el enclave donde la tradición cuenta que arribó la barca apostólica, a la orillas del río Sar -en este lugar hoy se encuentra el actual templo parroquial-. Su intención era institucionalizar la tradición jacobea. También se le atribuye la construcción de un hospital de peregrinos y una fortaleza, denominada A Rocha Branca, para la defensa de la zona. Esta fue destruida en el siglo XIV a causa de las revueltas irmandiñas, motivadas por los abusos de la nobleza gallega hacia los campesinos.
Desde la Edad Media hasta la actualidad la villa de Padrón ha sido testigo del paso de infinidad de peregrinos que siguen el Camino Portugués. También es destino para romeros provenientes de otros itinerarios, que, después de visitar la tumba del Apóstol en la catedral de Compostela, quieren conocer la mágica tierra donde se originó la leyenda jacobea.
Como hemos visto, en la villa de Padrón perviven las grandes huellas jacobeas. Pero hay otras menos conocidas que merecen ser tenidas en cuenta. En la orilla derecha del río Sar se encuentra la fuente del Carmen, obra del siglo XVII, aunque reconstruida a principios del XIX. Su decoración está dominada por la temática jacobea. Sobre el arco que ampara al surtidor, aparece un relieve donde se representa una escena de la translatio. El cuerpo del Apóstol aparece acostado sobre la barca, acompañado por sus discípulos, en postura de oración. Más arriba, dentro de una hornacina, se halla un conjunto escultórico donde se reproduce el bautizo de la reina Lupa a manos de Santiago peregrino. Una leyenda cuenta que aquella mítica reina, que vivía en el castro Lupario, cerca de Padrón, engañó a los acompañantes del Apóstol ofreciéndoles, en vez de bueyes, unos toros bravos. Con ellos pretendían llevar el cuerpo de Santiago desde esta localidad hasta Compostela, donde iba a recibir sepultura. Sus discípulos hicieron la señal de la cruz y las fieras se convirtieron en reses mansas, que fueron uncidas al carro con el cuerpo de Santiago e iniciaron el viaje hasta su lugar de enterramiento. Este milagro y la convicción que percibió en los acompañantes del Apóstol, fueron suficientes para que la reina Lupa solicitara ser bautizada y convertirse al cristianismo.
En la fachada de la casa consistorial hay otro bajo relieve donde aparece tallada de nuevo la traslación. La imagen de Santiago también figura en el fuste del cruceiro de Fondo de Vila, obra del siglo XV.
Sin embargo, no todas las piezas artísticas con temática jacobea que hay en Padrón son de siglos pasados. Lo contemporáneo también tiene su espacio. Junto a la carretera nacional se ubica una escultura que representa a un peregrino. Realizada en 2002 por el artista local Camilo Rodríguez, consigue plasmar en ella la imagen actual del caminante a Compostela, aunque hace un guiño al pasado manteniendo la calabaza que utilizaban los peregrinos antiguos para transportar la bebida.
Antes de 1992 los escasos peregrinos que llegaban a Padrón se hospedaban en el convento franciscano de Herbón, a 3 km de la villa. Ese año esta institución religiosa dejó de prestar servicio. En 1993 en el convento del Carmen, en pleno casco urbano, se habilitaron unas estancias para dar cobijo a los que hacían el Camino de Santiago. Se utilizaron hasta 1999, año en que se inauguró el albergue de peregrinos propiedad de la Xunta de Galicia. Desde 2009 el convento de Herbón retomó el camino de la hospitalidad, destinando un edificio anexo a albergue de peregrinos. Está gestionado por la Asociación galega de Amigos do Camino de Santiago (Agacs).
El itinerario jacobeo hace su entrada en la villa padronesa a través del campo de la feria, antes de introducirse en el paseo del Espolón, y discurre muy próximo al río Sar. La ruta llega hasta la plaza de Rodríguez Cobián, presidida por la iglesia de Santiago. Después de recorrer las evocadoras calles de Padrón, continúa en dirección a Iria Flavia.
Padrón ha recibido desde la Edad Media la visita de innumerables peregrinos que vienen a conocer el epicentro de la tradición jacobea. De ahí el dicho “Quien va a Santiago y no va a Padrón, o hace romería o no”. [MGR]
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