Arzobispo de Santiago (Pontedeume, A Coruña 1690-Santiago de Compos-tela 1772). Ocupó la silla episcopal compostelana entre 1751 y 1772.
Estudió Teología y Derecho. Ejerció la abogacía durante años y en 1724 se ordenó sacerdote. Después de desempeñar su labor sacerdotal en la diócesis compostelana, se traslada a Madrid, donde funda la Congregación de Santiago de Naturales y Originales de Galicia en 1741. Su objetivo era celebrar la festividad del Apóstol con el honor y la dignidad que merecía el patrón de Galicia y de España y, también, con el propósito de que la asociación sirviese para poner en contacto a todos los gallegos residentes en Madrid para que se apoyaran mutuamente. El rey Felipe V le muestra su apoyo y acepta el título de hermano mayor de la congregación.
En 1750 fue nombrado comisario general de la Santa Cruzada y un año más tarde arzobispo de la diócesis compostelana. En su blasón se dispone una concha de vieira que nos indica que ocupaba la sede compostelana, bajo la que aparece el capelo o sombrero, que alude a su condición de prelado, y del que parten dos cordones, rematados en diez borlas a cada lado, que confirman su título de arzobispo primado. Debajo del capelo se sitúa la corona real y en los cuarteles se representa una torre sobre un puente y un río en homenaje a su Pontedeume natal -en el puente, mandado construir por Pérez de Andrade o Bo, había un hospital de peregrinos con cuatro camas reservadas-; los lagartos, que hacen referencia al linaje de los Losada; una torre o castillo y tres estrellas sobre una banda que lo cruza en diagonal.
El blasón de Rajoy figura en la puerta del Paraíso, en la fachada de A Acibechería, por donde entran los peregrinos llegados a Santiago de Compostela a través de los caminos Inglés y Francés. El escudo de Rajoy aparece en una de las puertas y en la otra se dispone el del Cabildo de Santiago, justo debajo de la imagen de la Fe, que alude a la cristianización de España por el apóstol Santiago. Se debe esto a que este prelado impulsó las obras de esta fachada catedralicia constituida entre 1757 y 1770 para sustituir a la anterior, de factura románica. La obra está coronada por la imagen de Santiago peregrino, que se apoya en el bordón de su mano derecha y tiene a sus pies las figuras orantes de los reyes Alfonso III (866-910) y Ordoño II (910-924), grandes impulsores de la peregrinación a Compostela. Según Otero Túñez, «el dieciséis de diciembre de 1757, “por ser obra precisa y necesaria” [era utilizada para entrar en la catedral por el arzobispo, por los peregrinos y en los actos protocolarios], el Cabildo compostelano acordó sustituir la fachada románica de A Azabachería. Tal decisión formaba parte de un amplio plan, el cual afectaba también a la de Platerías, y completaba la transformación exterior de la basílica, iniciada en el siglo anterior y proseguida por Fernando de Casas al construir el hastial de O Obradoiro, que se concluía muerto ya el genial artista, cuando Rajoy inauguraba pontificado. La iniciativa fue, pues, capitular, pero la conformidad y la contribución generosa del arzobispo vinculan estrechamente la realización de la fachada a su mecenazgo [...], don Bartolomé aprobó la propuesta y se comprometió “a vencer los estorbos que puedan servirle de embarazo [...] a hazer efectiva esta obra tan necesaria, cediendo terrenos colindantes de la Mitra”, los cuales permitiesen dotarla de una mayor anchura».
El escudo del arzobispo Rajoy aparece asimismo esculpido en Santiago a ambos lados de la fachada del palacio que lleva su nombre y que mandó levantar en la plaza de O Obradoiro, junto a la tumba apostólica. El palacio compostelano hoy es sede del Ayuntamiento y de la Presidencia de la Xunta de Galicia.
En la fachada se muestra la gran devoción que este arzobispo tenía por la figura del apóstol Santiago, ya que aparece representado como matamoros sobre un campo de combate que rememora la batalla de Clavijo.
Rajoy tuvo que defender los derechos que la Archidiócesis de Santiago de Compostela tenía sobre el Voto de Santiago, cuestionados en una demanda presentada por el duque de Arcos, pero los argumentos y presiones del prelado obligaron al noble a retirarla.
Dos obras tan importantes como la remodelación de la puerta del Paraíso y la construcción del palacio de Rajoy están culminadas por las representaciones del apóstol Santiago como peregrino y matamoros, respectivamente. La colocación de la imagen de Santiago matamoros en la fachada de la iglesia parroquial de Pontedeume, cuya reedificación patrocinó, es otra muestra de su devoción al Apóstol.
También entre sus obras relacionadas con el culto a Santiago el Mayor en la catedral compostelana destacó la dotación que realizó entre 1761 y 1762 para la restauración y ornamentación de la imagen apostólica del altar mayor. López Ferreiro describe así la devoción que el arzobispo Rajoy sentía por Santiago: “Mas el altar y la imagen del Sto. Apóstol eran el objeto sobre el que el Sr. Rajoy tenía puesto todo su amor y su atención. El dieciocho de Marzo de 1761 envió al Cabildo una caja forrada de terciopelo carmesí. El contenido de esta caja eran seis candelabros de oro y una cruz del mismo metal, que el Sr. Rajoy destinaba para el altar mayor. Habían sido fabricados los candelabros en Madrid por el platero D. Juan Farquet. Según la cuenta que el platero presentó en ocho de Julio de 1761, el oro empleado en la labra de dichas piezas importó ciento dieciséis mil trescientos seis reales y diecisiete maravedises, la hechura treinta y tres mil reales y el embalaje mil ochocientos sesenta […]; para la imagen no podía esmerarse menos la devoción del Sr. Rajoy. Al mismo platero D. Juan Farquet encargó una esclavina y un bordón de oro, que según la cuenta que aquel presentó en treinta y uno de Julio de 1762, costaron doscientos setenta y siete mil cincuenta y seis reales y once maravedises.”
A continuación, López Ferreiro añade la descripción que Joseph Tramullas y Ferrera hizo de estas piezas: “Certifico haber ensayado una Esclavina y Bordón de oro compuesta de trescientas y ochenta piezas de cartochería de distintos tamaños, pulidos los lisos y cincelados los mates, y en el número de dichas piezas quatro Conchas y otras tantas Cruces guarnecidas de Diamantes, y para la unión de dichas piezas y su mayor disimulo se hallan entretegidos trescientos ochenta y nueve botones de diferentes tamaños cincelados en echura de flores; y el Bordón compuesto de nueve cañones remate y extremo, que todo junto ha sido el peso de cincuenta y ocho marcos siete onzas cinco tomines y dos granos en Ley de veinte quilates y un cuarto de grano que reducido á la de veintidós quilates compone cinquenta y tres marcos cinco onzas quatro ochavos cinco tomines y ocho granos que al respecto dos mil quinientos treinta y ocho reales veintidós maravedises y dos tercios el marco, es su valor ciento treinta y seis mil trescientos treinta y dos reales y siete maravedises todo”. La rica esclavina de Rajoy no llegó a ser utilizada en la figura sedente de Santiago en la catedral. Desapareció durante la Guerra de la Independencia.
El arzobispo Rajoy fundó también en Santiago, para atención de los pobres, enfermos, peregrinos y necesitados, el hospital de Carretas, un hospicio para pobres y una casa galera para huérfanas, y dotó con treinta camas más el hospital de San Roque.
El insigne prelado está enterrado en el lado de la Epístola de la capilla de la Comunión, en la catedral de Santiago, cuya obra se realizó bajo su mecenazgo, destinada a los peregrinos; en ella figura tallado también el escudo de su pontificado, sostenido por un ángel y a su lado la concha de vieira sujetada por un peregrino. A su derecha aparece asimismo el blasón del Cabildo compostelano custodiado por dos ángeles.
Su amor a la villa que lo vio nacer puede verse en las numerosas donaciones que realizó, tanto desde el punto de vista social como cultual, pero quiso perpetuarlo cuando expresó su deseo de que su corazón quedase para siempre guardado en la iglesia parroquial de Santiago de Pontedeume que bajo su patrocinio había mandado reedificar. [JS]