En alemán Aachen. Ciudad alemana de 246.000 habitantes, en el Camino Bajo o Niederstrasse, en el distrito de Colonia, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia. A 1.974 km de Santiago. Constituye el punto de inicio del Camino Bajo descrito por el peregrino alemán Hermann Künig von Vach en el siglo XV. En realidad, para Künig Aquisgrán se erigía como el fin de su viaje, puesto que peregrinó a Compostela por la denominada Oberstrasse o Camino Alto, saliendo de Einsiedeln, y regresando a Alemania por la Vía Baja.
Posible lugar de nacimiento de Carlomagno, el rey de los francos estableció en Aquisgrán la capital de su imperio, convirtiéndola en el principal centro cultural cristiano de la época y en lo que se dio en llamar la cuna de Europa. La leyenda carolingia asegura que fue Carlomagno quien descubrió el sepulcro del apóstol Santiago, y no el ermitaño Pelagio, tal y como asevera la imaginería jacobea. El Codex Calixtinus (s. XII) recoge las obras y milagros de Carlomagno a lo largo de la Historia de Turpín -libro IV-. Cuenta la leyenda que por tres veces se apareció el Apóstol al emperador en sus sueños. Santiago profetizaba de esta manera la evangelización de los territorios conquistados por los sarracenos en Galicia y España, así como el posterior peregrinaje al Santo Lugar: “te hago saber que así como el Señor te hizo el más poderosos de los reyes de la tierra, igualmente te ha elegido entre todos para preparar mi camino y liberar mi tierra de manos de los musulmanes, y conseguirte por ello una corona de inmarcesible gloria. El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a liberar mi camino y mi tierra, y a visitar mi basílica y sarcófago. Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus pecados y pregonando las alabanzas del Señor, sus virtudes y las maravillas que obró.” Esta escena de la aparición del Apóstol está representada en oro en la tumba del emperador, situada en la catedral de Aquisgrán.
El culto a Santiago alcanzó, con motivo de la odisea carolingia, una gran repercusión no sólo en la ciudad sino en el resto de territorios adscritos al Sacro Imperio Romano Germánico. Otro hecho decisivo que contribuyó a su propagación fue la canonización de Carlomagno, promovida por Federico I Barbarroja en 1165.
Con todo, también Aquisgrán se convirtió en un lugar de culto, debido entre otras cosas a la milagrosa escena que se vivió a la muerte de Carlomagno en la catedral de la ciudad y que está recogida en el libro IV del Codex Calixitinus, pero también a la consecución de hechos históricos.
También se menciona a Aquisgrán como parte integrante de las conocidas como peregrinaciones penitenciales, entre los siglos XIV y XVI. Concretamente, en un protocolo de un juicio del año 1428 celebrado en Heidingsfeld -Würzburg- sobre un crimen de homicidio, se obliga al condenado a comprar una cruz de hierro y diez quilos de cera para las misas celebradas en la honra del asesinado, así como a la realización de tres peregrinaciones: una a Einsiedeln, otra a Santiago de Compostela y una tercera a Aquisgrán.
La célebre fiesta conocida como Grosse Heiligtumfahrt, se celebraba cada siete años, alcanzando su período de mayor afluencia entre Pascua y la fiesta de San Remigio -1 de octubre-. Asimismo, la fama de la ciudad se acrecentó en la Edad Media -concretamente durante el siglo XIII- con la salida a la contemplación pública de cuatro tesoros sagrados, entre ellos el del vestido de María, ocultos hasta entonces bajo los altares de la catedral. Estos hitos desembocaron en la denominada peregrinación de masas. Durante el siglo XII la ciudad recibió numerosos peregrinos procedentes del sudeste de Europa, entre ellos húngaros, eslovacos, croatas y eslovenos. Por otra parte, la reedición hasta en cuatro ocasiones de la famosa guía de Künig hizo más popular si cabe este camino a Compostela. Precisamente su renombre como lugar de culto llevó a Gutenberg y a varios socios de Estrasburgo a emprender un lucrativo negocio de venta de espejos, como recuerdo de la visita a Aquisgrán. Se vendían otros emblemas en la ciudad, cuyo monopolio detentaban determinados gremios locales. Sin embargo, debido a la desmesurada demanda de insignias experimentada durante la Grosse Heiligtumfahrt, se permitía la libre fabricación y distribución de estos objetos de devoción a todo el mundo, incluso a los foráneos.
La catedral se postula como el monumento más destacado de Aquisgrán. Se edifica en el siglo VIII sobre la capilla Palatina fundada por el emperador, está considerada la catedral más antigua del norte de Europa y fue uno de los 12 primeros lugares en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La capilla Palatina está considerada la obra cumbre del arte carolingio. Erigida entre los años 790 y 805 como iglesia privada, fue consagrada por el papa León III. Entre los vestigios que se pueden ver en la actualidad destaca un trono que supuestamente perteneció al emperador, así como el candelero de Barbarroja, el púlpito donado por Enrique II o la Cruz de Lotario, entre otros. Precisamente es en esta parte del conjunto catedralicio donde está enterrado Carlomagno. En un principio el oratorio estaba enmarcado en las instalaciones del Palacio de Invierno del regente y durante 200 años fue el edificio más alto de esta zona de Europa. El santuario es lo único que se conserva del antiguo y monumental palacio, célebre en el pasado por albergar un trozo de la mítica capa de San Martín de Tours -santo del Camino-. Destacan en él los suntuosos mosaicos, mármoles, bronces y columnas, elementos despojados de las antiguas urbes imperiales de Roma y Rávena. Curiosamente, la iglesia de San Vital de Rávena, importante muestra del arte bizantino, sirvió de inspiración para la construcción de la capilla.
Entre los siglos IX y XVI, 32 emperadores francos fueron coronados en la capilla Palatina, razón por la que la catedral también recibe el nombre de Kaiserdom o catedral imperial. Curiosamente, el nombre de Aquisgrán en francés, Aix-la-chapelle, deriva del nombre de capilla Palatina. En el curso de las guerras napoleónicas, el santuario verá como las columnas originales son expoliadas. Algunas fueron recuperadas pero otras tuvieron que ser reconstruidas a partir de 1840. Otro edificio emblemático es el ayuntamiento, levantado sobre las ruinas del antiguo palacio de Carlomagno en el año 1353. Cada año en el consistorio se otorga el Premio Carlomagno, que distingue a personas e instituciones que han colaborado decisivamente en la construcción de Europa. La ciudad posee una vinculación fuerte con el Apóstol también a través del Codex Calixtinus que se guarda en el Archivo de la catedral de Compostela. En el libro IV puede observarse una escena que representa la salida de Aquisgrán del ejército de Carlomagno, rumbo a la guerra en España.
Entre los vestigios jacobeos que demuestran la existencia de una Ruta de paso a Compostela destacan varias vieiras descubiertas por Kart Köster en una excavación realizada en una leprosería. Cuenta desde el año 1987 con la sede de la Sociedad Alemana de Santiago, entre cuyos objetivos está “la promoción de los estudios científicos, religiosos y culturales y la comprensión entre los pueblos en relación con la peregrinación a Santiago de Compostela”. Desde la urbe, el Camino Bajo parte hacia Bélgica y Francia, donde atraviesa París, punto de inicio de la Vía Turonense. [SOB]