XacopediaCaldas de Reis

Localidad de 5.000 habitantes (200 m) en el Camino Portugués, en la provincia de Pontevedra, Galicia. A 42 km de Santiago. En la época de la romanización se denominaba Aquae Celenis por la existencia de aguas termales. Su topónimo actual viene definido también porque aquí nació Alfonso VII de Borgoña (1105-1157) hijo de Doña Urraca y Raimundo de Borgoña. Terminó siendo el rey del llamado Imperio leonés, que abarcaba la mitad norte de la Península Ibérica y el sur de Francia.

La villa aparece citada en numerosos relatos de peregrinos. En 1494 el médico alemán Jerónimo Münzer hace un elogio a su agua, que define como “muy buena y tan caliente como la de las termas de Baden en Suiza”. Fray Claude de Bronseval -secretario y uno de los acompañantes del abad Edme de Salieu, del monasterio francés de San Bernardo de Clairvaux- dejó constancia de su paso por esta tierra en 1532. En su obra Peregrinatio Hispanica no deja en buen lugar a la hospitalidad local: “[...] llegamos a un lugar llamado Caldas de Reis, por un camino plagado de peñascos. No encontrábamos posada hasta que un clérigo que nos vio vagabundeando por allí nos ofreció una de sus casas, que estaba vacía. Allí fuimos pobre y miserablemente tratados”. El escritor y erudito benedictino Fray Martín Sarmiento (1695-1772) visitó en varias ocasiones Caldas. Aunque nació en El Bierzo vivió varios años en la ciudad de Pontevedra. Describe los pasos pétreos y las aguas de la villa: “Al puente Avermaña, ya en Caldas. Otra legua. Hicimos medio día. Está ese puente en Santo Tomás de Caldas y hacia Pontevedra está otro puente sobre el río Umia, en Santa María de Caldas. No hay más que una Burga, en cuyas esquinas brota el agua caliente”.

Existió un hospital de peregrinos propiedad del Arzobispado de Santiago. Lo demuestra un documento fechado en 1441 que da fe de la donación de Dominga Eans (esposa de Esteban Rodríguez) para que se reparara, debido al mal estado que presentaba. Actualmente Caldas de Reis, siendo final de la antepenúltima etapa del Camino Portugués, no dispone de albergue de peregrinos.

El caminante en su lento transitar por las calles de Caldas encontrará la iglesia parroquial bajo la advocación de Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury. Es una de las primeras que se le dedicó en Europa.

La tradición cuenta que pernoctó en esta villa de camino a Santiago hacia el año 1167. No hay pruebas documentales de esta peregrinación aunque es defendida por historiadores como Castellá Ferrer (1567-1615), el padre Atanasio López (1876-1944) y Antonio López Ferreiro (1837-1910). El templo fue construido en los últimos años del siglo XIX, reutilizando las piedras de la torre medieval de la reina Urraca, lugar de nacimiento del rey Alfonso VII.

A la salida del pueblo se encuentra la capilla de San Roque, santo andariego muy ligado al Camino de Santiago. Dedicó su vida a curar a los enfermos de peste. El pequeño edificio religioso data del siglo XV. Hay dos representaciones de San Roque peregrino: una preside el retablo construido en 1785 y la otra aparece en el exterior de la fachada principal. Al santo en la mayoría de las ocasiones se le representa con una iconografía puramente jacobea con sombrero de ala ancha, capa, esclavina y túnica. A su lado está el perro. En Galicia hay infinidad de capillas dedicadas al santo de Montpellier, Francia. Los historiadores piensan que esta devoción se habría intensificado por las crueles epidemias que asolaron Galicia en el siglo XVII.

El Camino Portugués, perfectamente señalizado, recorre la zona antigua de la localidad. Es necesario atravesar dos puentes de muy probable origen romano aunque el primero de ellos, que salva el río Umia y es conocido como ponte dos Ferreiros (puente de los Herreros) fue construido de nuevo en el siglo XIX. [MGR]


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