Ruta de peregrinación jacobea que atraviesa las comunidades autónomas de Navarra, País Vasco, Cantabria y Castilla y León. Abarca unos 500 km desde su nacimiento, en Pamplona, hasta las localidades de Ponferrada y Villafranca del Bierzo, donde enlaza con el Camino Francés.
Al igual que otros trazados, el Viejo Camino de Santiago se vio desplazado por el Camino Francés, impulsado desde la edad media por los monjes cistercienses venidos de Francia. Se trata esta de una ruta en estudio, considerada anterior incluso al trazado Francés expuesto en el Codex Calixtinus (s. XII). Prueba de ello es la Historia Silense, escrita veinte años que la obra culmen de las peregrinaciones jacobeas. En esta obra, donde se glorifica el linaje de Alfonso VI, se menciona que “los reyes desviaron el camino de los peregrinos más hacia el sur, por miedo a los musulmanes, ya que antes iban por Álava y las Asturias”. Este fragmento es el principal argumento esgrimido por los teóricos que defienden la existencia anterior de este itinerario, entre los que destaca José Fernández Arenas, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Ruta Vadiniense-Picos de Europa, radicada en el concejo de Cistierna, en la provincia de León. Arenas es autor, además, del libro El Viejo Camino de Santiago (2006), obra que pretende hacer un rescate de esta ruta olvidada. Otros estudios historiográficos, así como la existencia de iglesias y ermitas, y hospitales de peregrinos documentados durante el medioevo, ayudan a esclarecer los restos de lo que hasta ahora se considera un camino hipotético.
El itinerario discurriría por valles escondidos y a salvo de las emboscadas de la morisca. A esta vía accedían tanto los caminantes que cruzaban los Pirineos como los que arribaban a los principales puertos dispersos por la Cornisa Cantábrica. A través de una red de caminos podían desplazarse desde la costa hasta el Camino Francés.
Actualmente (2009), la hospitalidad tan solo es ofertada en aquellas localidades que se encuentran en un cruce de vías, es decir, aquellas por las que pasa alguno de los ramales que unen el litoral cantábrico con el Camino Francés. Así, mientras en las urbes de Pamplona, Vitoria y Ponferrada, e incluso en los pequeños enclaves de Cistierna y Villafranca del Bierzo, el peregrino cuenta con albergue, otros parajes como Alsasua, Dobro o Aguilar de Campoó carecen de lugar de acogida. La señalización está todavía en fase de reconocimiento y recuperación por parte de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Vizcaya.
La ruta transita por viejas calzadas, algunas romanas, otras medievales, que recorren longitudinalmente la cara sur de la Cordillera Cantábrica. El Viejo Camino a Compostela se inicia en Pamplona, ciudad desde la que parte tras abandonar el Camino Navarro. En la capital de la comunidad foral también tiene lugar la unión de la ruta jacobea de Baztán con el Camino Francés. A continuación, sin dejar Navarra, visita la localidad de Alsasua. Desde aquí parte hacia el País Vasco, donde cruza la provincia de Álava. Poco antes de llegar a la ciudad de Vitoria, se une al Camino Vasco del Interior, que abandona justo tras dejar atrás la urbe. Seguidamente, visita Pobes, en el concejo de Ribera Alta. Desde aquí continúa su marcha ya fuera de la provincia alavesa, así como de Euskadi.
Prosigue por la provincia castellano-leonesa de Burgos, donde visita las pequeñas poblaciones de Trespa-derne, Dobro y Escalada, tras la cual abandona la provincia burgalesa. En Dobro vuelve a mostrarse otro cruce de itinerarios, conocido como el Camino del Valle de Mena, pues a través de esta localidad transita un nuevo ramal que une los caminos Francés y de la Costa. En el primero de los casos enlaza con la ciudad de Burgos, mientras que la prolongación de esta vía al norte tiene lugar en Balmaseda, desde donde parte hacia Portugalete y Bilbao, ambas poblaciones pertenecientes a la ruta litoral.
A continuación, se interna tímidamente por el sur de Cantabria, donde visita el núcleo de Polientes. Vuelve a Castilla y León, esta vez por la provincia de Palencia, donde ya se empiezan a atisbar los picos de Europa. A la altura de Aguilar de Campoo se produce de nuevo una bifurcación de caminos. Los peregrinos pueden seguir el itinerario que nos ocupa, o bien tomar el del Besaya, que viene de Santillana del Mar, en el Camino del Norte, y que tras pasar por las localidades de Reinosa, Aguilar de Campoo y Herrera de Pisuerga, prosigue hasta Carrión de los Condes, donde enlaza ya con la ruta principal. La otra vía, sin dejar la provincia palentina, discurre por los concejos de Cervera de Pisuerga, Castrejón de la Peña y Guardo. Desde esta última localidad, emplazada sobre el río Carrión, se adentra por fin en la provincia de León.
El primer paraje leonés a destacar es Cisterna, población enmarcada a su vez en el Camino Vadiniense. La siguiente parada es La Robla, donde era y es posible tomar el desvío hacia el santuario de Oviedo. Desde la capital del Principado los viajeros podían seguir el Camino Primitivo, el utilizado por el rey Alfonso II, o bien desplazarse hasta Avilés, donde seguían la ruta de la costa.
En todo caso, si se sigue el Viejo Camino, tras bordear la cumbre del Catoute (2.111 m), este se bifurca: un ramal va hasta Ponferrada y otro a Cacabelos, cerca de Villafranca del Bierzo. Desde aquí, el Camino Francés llevará nuestros pasos hasta Compostela.
Buena muestra de la existencia de esta ruta en el pasado es su patrimonio arquitectónico. Pamplona, actual punto de inicio del Viejo Camino, es un ejemplo sobresaliente de cultura jacobea, por su destacada ubicación en el Camino Francés. Por su parte, Vitoria, la siguiente gran urbe, no dispone de una tradición menor, debido a que forma parte del histórico Camino Vasco del Interior. Contó con numerosos hospitales y conserva, entre otros elementos, la iglesia de Santiago.
Ya en el concejo burgalés de Traspaderne merece atención su puente medieval del siglo XII, mientras que en la localidad de Tartalés de Cilla, adscrita a este municipio, destacan varias iglesias, entre ellas una bajo la advocación de San Martín. Por su parte, en la población palentina de Aguilar de Campoo destaca la puerta de San Roque, frente a la capilla del mismo nombre. La devoción por este santo del Camino tiene sus raíces en un brote de cólera venido de Asia en el siglo XVI. El paso fue construido en el siglo XIV, en la muralla que rodea la ciudad y que fue arrasada en parte por Pedro I el Cruel. También alberga el término municipal dos cenobios: el monasterio de Santa María la Real y el de Santa Clara. Por su parte, en La Robla, León, existió en el pasado un hospital de peregrinos. Igüeña también se revela como enclave jacobeo debido a la existencia de un paraje adscrito a este concejo, conocido como Campo de Santiago. [SOB]
V. Interior, Camino Vasco del / Santiago, Caminos de