En francés, Bruxelles, y en holandés, Brussel. Ciudad situada en el centro de Bélgica, es la capital del país y de la provincia de Brabante con 1.048.491 habitantes. A 1.852 km de Santiago. Se encuentra en el Camino Bajo o Niederstrasse descrito por Künig von Vach en el siglo XV. Al igual que el Camino de las estrellas configuró la formación de Europa en la Edad Media, según palabras atribuidas a Goethe, en la actualidad es precisamente la urbe bruselense la que alberga -desde la creación de la CEE en 1958- muchas de las instituciones de la Unión Europea. Es sede del Parlamento europeo, del Consejo de la Unión Europea, de la Comisión europea, el Comité económico y social y del Comité de las Regiones. Constituye también el cuartel general de otro mecanismo supranacional: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En la ciudad belga de Brujas se erigía en la Edad Media, según Dollinger, “el mercado mundial de Occidente”. Además de destacar por su puerto, de la urbe partían los que René de La Coste-Messelière denominó Itinerarios de Brujas. Entre las rutas jacobeas que salen de este enclave, Messelière recoge uno de los caminos descritos en el siglo XV por Künig von Vach. Se trata de la Niederstrasse o Camino Bajo, que cruza Lieja, Bruselas, Mons y llega hasta la localidad francesa de Valenciennes.
Durante esta época de esplendor en lo que al culto jacobeo se refiere, destaca el lucrativo negocio de emblemas de peregrinos. Uno de los más curiosos fue el emprendido por Gutenberg y varios socios de Estrasburgo, como recuerdo de la visita a Aquisgrán, en Alemania. Esta suerte de souvenirs llegó a venderse, con ciertas modificaciones, en Bruselas y en varias ciudades británicas, holandesas y francesas.
La doctrina protestante tuvo una difusión muy rápida entre los habitantes de la ciudad durante la segunda mitad del siglo XVI.
Desde entonces tuvieron lugar en Bruselas, así como en otras zonas de los Países Bajos, una serie de conflictos religiosos entre los moradores y España, país que por aquel entonces regía los destinos de la nación. En la propia capital, en el año 1567, se constituyó el cuartel general del duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, enviado al territorio para reprimir la insurrección de los luteranos. Guillermo de Orange lideró las revueltas, llegando a tomar la ciudad en el año 1576, aunque nueve años después la perdería a manos del general español Alejandro Farnesio.
Con todo, sigue habiendo peregrinaciones desde Bruselas, hecho reflejado en la publicación de un breve libro bajo el título Resumen muy curioso del gran viaje de la Tierra Santa en el siglo XVIII.
El texto realizaba un recorrido por las tres peregrinaciones mayores, partiendo desde Bruselas, para visitar el sepulcro del apóstol Santiago en Galicia, a continuación Roma, y por último Jerusalén. También se aconsejaba, al igual que en la ruta seguida por Künig tres siglos antes, pasar por Valenciennes, y desde allí proseguir por Douai, Arras y Amiens. Siguiendo la vía que pasa por Burdeos y Bayona, el camino se adentra en España por Irún, villa tras la que toma un desvío por Vitoria, hacia el Camino Francés.
En la Edad Media, cerca de la iglesia de Notre- Dame-du-Bon-Secours, había una hospedería que servía de refugio a los caminantes. La calle donde se ubica la antigua construcción estaba antaño plagada de alojamientos.
En 1499, en el territorio que por aquel entonces comprendía los Países Bajos -actuales Holanda y Bélgica- una ordenanza gremial ilustraba la relación entre hospital y cofradía. Esta clase de establecimientos se definía no sólo por servir de refugio a los peregrinos, sino también como casa de retiro para los antiguos miembros del gremio. En el caso concreto de Bruselas, dos ex-concejales fueron encargados del control del hospital, tal y como lo ilustra Jan van Herwaarden.
Constaban estas asociaciones de un férreo reglamento interno que contenía una serie de normas que debían cumplir tanto personal como huéspedes. Entre las limitaciones, tanto en este hospicio como en el de Gante, estaba prohibido pasar más de tres noches seguidas. Herwaarden referencia que en el hospital de Bruselas se alimentaba con carne a los caminantes.
Entre los principales edificios de la urbe destaca la iglesia de Saint- Jacques-sur-Coudenberg, creada bajo la advocación de Santiago el Mayor. Constituye un punto importante de paso del Camino de Santiago por la ciudad. Consagrada en el año 1787, esta construcción neoclásica fue diseñada por Barré y Simard y erigida por Louis-Joseph Montoyer. Tras ser tomada por los franceses, que la convirtieron en un templo de la razón, volvió a profesar el culto católico en 1802. El 21 de julio de 1831 Leopoldo I, primer monarca de Bélgica, juró la constitución frente a ella. Seguidamente, en 1849, Tilman-Francois Suys la dotó de un nuevo ático y campanario.
La parte exterior del templo destaca por sus seis columnas corintias, que rememoran las construcciones greco-romanas. En el frontón se encuentra el fresco titulado La Virgen consolando a los afligidos y coronándolo se localizan tres tallas elaboradas por Egide Melot en el siglo XIX: las de San Andrés, Santiago -en el centro- y San Juan. Entre los símbolos jacobeos del interior destaca una estatua de Santiago de madera policromada.
También resulta digna de mención la iglesia de Notre-Dame-du-Finisterre, emplazada en la rue Neuve, cuyo nombre evoca claramente al Finis Terrae de Galicia. Fue erigida en el siglo XVIII en sustitución de un edificio anterior del XVII. Ha sido objeto de diversas remodelaciones desde entonces, una acometida recientemente. Mezcla en el interior el ornamento barroco, compuesto por una profusa combinación de revestimientos de estuco y mármol falso, guirnaldas, conchas y hojas, con el estilo más clásico y austero de la parte interior de la fachada. Conserva una talla de la Virgen que fue objeto de numerosas peregrinaciones en el pasado debido a su fama de milagrosa. La representación, traída desde el cabo Finisterre, fue trasladada a un lugar cercano en el siglo XVII durante las obras de reconstrucción del templo, culminadas en 1730.
Entre las adiciones de estos dos últimos siglos destaca la capilla del Buen Suceso (1814), instalada en el lado derecho de la iglesia. Alberga una estatua de Nuestra Señora de la Buena Suerte, traída desde Escocia. La talla era venerada desde el siglo XVII por los canónigos agustinos. Tras ser trasladada a Bretaña en 1814, posteriormente fue llevada hasta su emplazamiento actual. En 2008 la ciudad británica de Poole devolvió un crucifijo similar al que un pirata se había llevado cuatro siglos atrás.
Como hemos dicho, la tradición sitúa una correspondencia entre este santuario y el de la actual Fisterra, aunque otras fuentes afirman que en el caso belga el nombre de la iglesia se debe a que durante el siglo XV se construyó una capilla fuera de los muros de la ciudad, es decir, en el fin del territorio. Al igual que Saint-Jacques-sur- Coudenberg, el templo de Notre Dame constituye un importante enclave peregrino a día de hoy.
El conjunto de construcciones con reminiscencias jacobeas se completa con la pequeña basílica de Notre Dame-du-Bon-Secour (siglo XVII), emplazada cerca de la Grote Markt, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1998. Se trata de una construcción barroca en la que se puede observar alguna que otra talla de una concha o de un bastón de peregrino. En la portada está el escudo de Carlos de Lorena, gobernador de la ciudad en el siglo XVII. Otro edificio emblemático de la capital belga es la catedral de San Miguel, construida en estilo gótico (s. XIII), en la que destacan sus exquisitas vidrieras.
Todavía en la actualidad se conserva la tradición, reinstaurada en los años ochenta del siglo pasado, de liberar una vez al año a un preso que, a cambio de su condena, debe recorrer a pie el Camino de Santiago con una pesada mochila a la espalda. Sin duda, esta práctica lleva unívocamente al recuerdo de las famosas peregrinaciones impuestas -en algunas ocasiones, masivas- en la etapa medieval.
En 1986 se crea la asociación belga Los amigos de Santiago de Compostela. La asociación se reúne una vez al mes en las instalaciones del Centro Galego de Bruxelas, situado curiosamente en el barrio de Saint-Gilles, para estrechar lazos entre las comunidades gallega y belga. Entre los logros de la asociación de amigos, destaca la recuperación de la procesión de Santiago en Bruselas, cuyos orígenes se remontan al año 1502, cuando fue instituida por Felipe el Hermoso. En la actualidad, el ritual se celebra el Día das Letras Galegas: los peregrinos acuden a pedir la bendición de la Virgen del Buen Socorro -Notre Dame du Bon Secour- para dirigirse después en procesión, acompañados de grupos folclóricos gallegos, hasta el menhir del peregrino.
Para conmemorar el Año Santo de 1999 se inauguró a doscientos metros del Centro Gallego un menhir erigido en honor al Peregrino Anónimo, regalo de la Xunta de Galicia a la ciudad. Ya en 1992 había recibido Bruselas una estatua del Apóstol.
En octubre del año 2009 las instalaciones donde se ubica el Parlamento Europeo albergaron la exposición fotográfica Miradas en el Camino de Santiago, compuesta por imágenes de 14 autores. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, definió la muestra durante la inauguración como “un relato plural sobre la experiencia humana, espiritual y religiosa de la peregrinación a Santiago”. También asistió al acto el presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek. [SOB]
V. Bélgica